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rebeca alcántara
Viernes, 21 de septiembre 2018, 16:49
Susana Prados trabajaba en La Traviesa cuando era universitaria. Allí pasó una época bonita de la cual guarda grandes recuerdos. Por eso, años después, cuando los propietarios dejaron el restaurante pensó junto a su pareja, Luis Medina, que era el lugar perfecto para comenzar su negocio. Fue en 2011. Primero alquilaron el local, más tarde pudieron comprarlo. Fueron montándolo poco a poco, con unos recursos limitados, pero con mucha ilusión y la ayuda de familiares y amigos. Siete años después se ha convertido en un referente gastronómico en la Costa Tropical. Las cuestas y las dificultades para encontrar aparcamiento no frenan a los clientes que llegan buscando una cocina casera pero innovadora.
La propia Susana es la que dirige los fogones. Es autodidacta. Siempre le gustó la cocina y ha ido aprendiendo a lo largo de los años. No deja de probar cosas nuevas y hace cambios en la carta casi todas las temporadas, aunque hay algunos platos que sabe que no puede eliminar. El pastel de verdura, la ensalada de queso de cabra gratinado, el pollo 'tika masala' y el tiramisú son algunas de las estrellas de la casa. Sin olvidar, eso sí, el gran secreto: la vinagreta que acompaña todas las ensaladas.
«A mí me gustan las ensaladas, pero me parecían aburridas. Por eso empecé a probar hasta que di con la vinagreta que ahora usamos. La receta no la sabe nadie, ni siquiera mi pareja», afirma Susana.
El otro gran secreto es no cansarse nunca de intentar cosas nuevas. De probar nuevos sabores y combinar ingredientes para dar con la receta perfecta. Los clientes lo agradecen y Susana Prados se muestra encantada. Es lo que ocurre cuando un trabajo es también una pasión.
La cocinera y propietaria del local afirma que también usan productos de la zona. Por ejemplo, ahora en época de mango, es uno de los postres que sirven. Sin embargo, y a pesar de estar en la Costa, el pescado no es lo más típico. Susana cree que es bueno diferenciarse. «Si todos ponemos lo mismo no funcionamos», indica.
Cuidar la presentación de los platos es otro de los secretos del éxito de la Traviesa. Bien es sabido por todos que primero se come por el ojo, y más tarde por el paladar.
Susana Prados afirma, además, que hace un tándem perfecto con Luis, su pareja. Él es quien se encarga de atender a los clientes. «Siempre ha tenido don de gentes», asegura la propietaria. Los dos tenían experiencia en el sector antes de ponerse al frente de restaurante y todo ese conocimiento ha servido para que su establecimiento funcione.
Y así, con un trabajo constante y mucha paciencia, han conseguido afianzarse en el sector. Los inicios, señala Susana Prados, no fueron fáciles. Pero el esfuerzo ha tenido su recompensa y son pocos los que pasan por Salobreña sin hacer una parada en su restaurante.
Las redes sociales también han sido un arma valiosa para darse a conocer. Así lo reconoce su propietaria, que asegura que para ellos han sido casi tan importantes como el boca a boca.
Entre sus clientes, muchos extranjeros que vienen a la Costa Tropical huyendo del frío de sus países de origen y al marcharse dejan en sus alojamientos notas de recomendación de este restaurante. «Es de agradecer que la gente aconseje a otras personas que vengan», destaca la cocinera.
Para completar una gran carta, la Traviesa ofrece además espectáculos de música en directo. Los lunes hay flamenco, los miércoles, por lo general, jazz, aunque puede variar.
Tanto Susana como Luis tienen claro que el objetivo es seguir ganándose la confianza de los clientes con productos de calidad, simpatía y buena cocina. Todo ello unido a unas vistas impresionantes que hacen que sea difícil no querer repetir.
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