Aceite de girasol: ¿Truco o ardid?

Aceites sobre la mesa

Un gran trabajo de investigación realizado por la periodista malagueña Marta Espartero, de La Sexta, pone al descubierto una impactante realidad: ¿Por qué importamos aceite de girasol si España también lo produce en cantidad? Este documentado artículo debe ser amplificado en su difusión y conocimiento a los españoles, todos. La hemeroteca demuestra que en algunos artículos míos, en varios periodos de tiempo, informaba y advertía del reiterado uso de aceite de semillas de girasol en restaurantes, todo tipo de cocinas, colectivas, publicas y domesticas.

Investigar el porqué

Coteja las fuentes la compañera Espartero y descubre la verdad. «Hay un paisaje que se repite en varios puntos dispersos del interior de España. Allí se ven campos y campos de girasoles. Sevilla, Cuenca o Burgos. No son lugares al azar», prosigue la docta compañera. «Las tres provincias, en ese orden, son las mayores productoras de girasol de las 773.787 toneladas que se cultivaron en 2019, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. En 2020, por ejemplo, nuestro país exportó aceite de girasol por valor de 21,42 millones de euros, aunque importó 458,62 millones».

Anaqueles sin girasol

¿Y ahora que? «Las tres provincias, en ese orden, son las mayores productoras de girasol de las 773.787 toneladas en 2019, datos del M. de Agricultura. En 2020, España exportó aceite de girasol por valor de 21,42 millones de euros, e importó 458,62 millones». ¡Aquí hay gato encerrado! Hay subidas desmesuradas y estanterías vacías de aceite de girasol. Y dicen que España cocina con aceite de oliva. Los datos descubren otra gran mentira. La hostelería y millones de familias usan solo el de girasol. Otro dato: todos los aceites de oliva tienen denominaciones de origen o IGP. Los de girasol, nada de nada. Los churros, el pescadito frito, etc. se fríen con girasol. Continuará.