Alcachofas y jamón ibérico, de Ultramarinos Pecorino

Cocido, choto, costilla napada en salsa barbacoa, kilo y medio de chuletón... Va a tener razón mi nutricionista y hemos empezado el año fuertecito. «Manca finezza», que diría Andreotti, a las puertas de una primavera que empieza a demandar chucherías de otro porte. Pienso en todo esto mientras escucho a Umberto Tozzi en el taburete de un ultramarinos. Sí, aún queda alguno aunque sea de esos nacidos al calor de una modernidad que echa de menos el mundo estético de Ana Iris. «Ti Amo, ti amo», coreo mientras mezo una manzanilla y veo un luminoso que dice 'say cheese'.

Como hablar inglés a estas alturas es de catetos, me centro en la carta: conservas prémium, ostras, V gama, embutidos y quesos, muchos quesos entre los que está el pecorino romano, que da nombre al lugar. Hay unas alcachofas que brillan como un Chanel. ¡Adelante! Las hago marchar. Van confitadas y se presentan abiertas en flor. Finas lonchas de buen jamón ibérico derriten su grasa sobre ellas. Sal de escamas y Luis Aguilé en los altavoces. No se puede pedir más. Bueno, sí, otra copa.