fermín azpeteguia
Viernes, 22 de enero 2021, 00:09
Los llaman los nutritalibanes y, aunque trabajan de manera individual, conforman un ejército dedicado a generar opinión pública. En nutrición, la idea que uno ... tiene sobre los alimentos es fundamental, porque influye en la salud propia, pero también mueve la economía. Y mucho. El sector de la alimentación representa en España el 2,6% del Producto Interior Bruto y es, por volumen de negocio, la primera rama manufacturera del país, según un nuevo informe del Instituto Nacional de Estadística.
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Las grandes empresas, sabedoras del poder y la influencia social de charlatanes y mercachifles, se valen con frecuencia de ellos con el objetivo de hacer lo que les toca... que es vender. Facturar. Cuatro grandes sociedades científicas lo denuncian en el manual 'La alimentación del siglo XXI', de reciente aparición, y dan dos consejos básicos para protegerse frente al ataque de los nutritalibanes:educación y sentido común.
El libro, que cuenta con el apoyo de la de Fundación Española de la Nutrición (FEN), la de Nutrición Comunitaria (SENC), Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Fundación Española del Corazón (FEC), analiza en profundidad en uno de sus capítulos el tema de la evidencia científica. La ciencia genera investigaciones con resultados de todo tipo, muchos de ellos a la carta.
Si se busca bien, es fácil encontrar estudios que concluyen una cosa y otros que dicen la contraria, según explica el presidente el presidente del comité científico de la SENC, Javier Aranceta, médico nutricionista y coautor del manual, junto a los reconocidos expertos Gregorio Varela y Lluis Serra.
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Las recomendaciones sanitarias deben basarse en conclusiones extraídas de los denominados metaanálisis o revisiones sistemáticas. Una sola investigación es el resultado de conclusiones obtenidas con los cientos o como mucho miles de personas que participan en él. Los metaanálisis, que cruzan datos de toda la evidencia científica publicada, trabajan con cientos de miles de voluntarios. El peso de sus conclusiones es, por ello, indiscutible y permite a los auténticos expertos hacer recomendaciones con rigor, como que dieta mediterránea y ejercicio constituyen la mejor forma de dieta más saludable.
El mundo actual ha favorecido, sin embargo, según alertan, la aparición de gentes sin formación ni experiencia acreditada que, simplemente, se inventan un mensaje y lo lanzan en forma de libro. Los informativos lo recogen muchas veces sin demasiado criterio crítico, y comienzan a sembrarse en la sociedad ideas sin base científica alguna.
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La estrategia 'nutritalibán' incluye, a menudo, tomar como chivo expiatorio a un reconocido experto y acusarle en público de venderse a la industria. «Hay uno, muy conocido, que lo hizo y ahora es el rostro de una popular cadena de supermercados». Las redes sociales, donde para publicar bastan una cuenta y un ordenador a mano, hacen el resto.
La industria alimentaria no solo se vale del tirón de este tipo de líderes que llaman 'influencers', sino que favorece otras prácticas como contratar a especialistas de tirón mediático para que difundan mensajes pactados. Lo que interesa vender se vende. «Son el 'Sálvame' de la nutrición», advierte Aranceta. «Tengo escritos 25 manuales, que no son número uno en ventas, pero se estudian en todas las universidades de habla hispana del mundo. Sabemos de qué hablamos», acusa. Su consejo como experto: debe fomentarse la educación nutricional y funcionar con sentido común. «Juegan con los miedos de la gente y eso no está bien», concluye rotundo.
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