«Hay auge de los libros de temática gastronómica»

–¿Es usted 'cocinicas'?

–Mucho. Me gusta, hago la comida en casa y dejo preparada la cena. Eva, mi mujer, que es abogada, come en el despacho. Y Dani, nuestro hijo, en el colegio. Así está todo listo para la noche. Uso mucho las recetas de mi madre y mi abuela, que guardamos en octavillas. También las de la madre de Eva. E involucramos a Dani en cocina. Ha diseñado su propia pizza, la Danielux, con masa de tomate y queso, salchichas, atún y un huevo frito en el centro. Dani es comoNadal: tiene buen saque. (Risas).

–¿Qué tal la comida del cole?

–En Los Salesianos es excelente. Menú del día con tres primeros a elegir, tres segundos y postre por 8€. Todo comida casera. Es tan bueno que, de hecho, va gente de fuera a comer. Nosotros hemos hecho alguna vez allí la comida de nuestro equipo de baloncesto. Pepe se lo curra un montón.

–Como socio tanto del Granada C.F. como del Covirán, ¿frecuenta los bares de la zona?

–¡Depende del resultado! (Risas). Sí. Somos muy de El Molinero, un clásico delZaidín. Familia y amigos nos juntamos allí sin necesidad de quedar. Buenísimos sus callos, jamón asado, alitas y sus bocadillos de lomo.

–¿Alguna otra recomendación como vecino del Zaidín?

–El Malecón. Lo abrió la gente de Puesto 43, con su famosa ensaladilla rusa. Ponen unos flamenquines estupendos.

–¿Y de su faceta cofrade?

–No me atrevo a hacer la cocina tradicional cofrade, pero sí la compro y la consumimos, como los potajes de bacalao. Y un rito al que cada vez se apuntan más compañeros de Librería Picasso: el tradicional desayuno del día de la lotería de Navidad en el Bar León, famoso por sus carteles de Semana Santa; con sus huevos, lomo y patatas a lo pobre, quinto de cerveza, café y chupito de anís. ¡Y el Danielito de Cónchar!

–¿Y para los desayunos más tradicionales?

–La Genciana, en la propia Obispo Hurtado, muy cerca de la librería. Del centro, me gusta mucho ir a Mostaza Green y a la taberna Sacacorchos. O al Ávila, que lo cerramos para mi despedida de soltero, por cierto...

–Ahora hay colas para entrar...

–¡Sí! No sé. Pienso que Granada tiene suficiente oferta de gran nivel como para que sea necesario hacer colas. Cerca del Ávila están el Sacacorchos y sus tostas, las patatas delSan Remo o El Rincón del Cofrade. Pero eso quiere decir que en el Ávila lo están haciendo muy bien, claro, y me alegro.

–¿Qué tal el nivel de los libros de gastronomía y su oferta?

–Cada vez mejor y más amplia. Son una de las apuestas seguras en Navidad y hay auténticos best sellers, como el clásico de Arguiñano, que no puede faltar. Hay libros de gastronomía que van a ir en muchas cartas a los Reyes, como el de las recetas de 'One Piece' o las de Tolkien. Son muy demandados.

–¿Qué otros libros gastronómicos tienen tirón?

–El clásico '1080 recetas de cocina', que no pasa de moda, y los del cocinero de Canal Sur, 'Cómetelo' y 'La cocina fácil', de Enrique Sánchez. También el dedicado a la gamba roja, de Quique Dacosta, Joan Roca y Benjamín Lana. Y los libros sobre el pan de Ibán Yarza, que agotan sus ediciones en Navidad.

–Tengo la sensación de que lo del pan es una revolución...

–Las panaderías de hoy albergan auténticas obras de arte en su interior. Ahora entras, pides sencillamente una barra... ¡y te miran raro! (Risas). Fue uno de los efectos colaterales del confinamiento: se empezó a leer mucho más y también a hacer más repostería y pan.La gente se aficionó y, como es curiosa, quiere documentarse y ampliar conocimientos, por lo que busca libros nuevos. Es un círculo virtuoso que se retroalimenta. Sin embargo, veo que hay menos sobre el vino.