Destinos con sabor

Castell de Ferro, la otra Costa

PABLO amate

Viernes, 19 de agosto 2022, 00:25

Parece que Motril divide con su puerto a dos litorales de la misma provincia. Aunque hasta hace pocos años ambas carreteras, la que lleva a ... Málaga o la contraria, que conducen ambas a estas dos capitales por el filo del mar, eran un horror. Ya saben que cuando se consolidó el turismo extranjero se pusieron apelaciones bucólicas a esos litorales mediterráneos y atlánticos. Costa Brava, Costa Blanca, Costa Dorada o la archiconocida Costa del Sol, entre otras apelaciones. Saben que toda la costa marítima de la provincia granadina se le puso la apelación Costa Tropical, desgajándose del apelativo genérico endiñado Costa del Sol.

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De Motril a Castell

Si alguien no es de Granada o alrededores, puede creer que esta ruta nos lleva a Cataluña. Donde se encuentra Castelldefells. Nombre de parecida composición fonética. Pero nada que ver y muchos kilómetros las separan. Nuestro Castell de Ferro podría definirse a botepronto como 'castillo de hierro'. Pero parece que el asunto es más complejo. Unos estudios indican: «Será a partir de 1492 cuando se comenzará a reconocer a la zona con el topónimo 'Castil de Ferro' utilizado hasta el siglo XVIII, evidenciando la relación con el topónimo árabe qastil/qastal que, con origen en el castellum latino, hace referencia a la fortificación». Partiendo de Motril vamos dejando atrás Torrenueva, Carchuna, Calahonda y llegamos al municipio de Castell de Ferro, que incluye los de Gualchos y Castillo de Baños.

Essencia, bien montado

La decoración de muchos chiringuitos, a pesar de 'las pegas de Costas' ha mejorado en infraestructura, y en el caso de Essencia, con buena decoración. Sin agobiados decorados, pero con estilo y junto al rebalaje. Dispone de dos zonas de mesas y una pequeña barra, siempre atestada por la calidad y generosas tapas, incluidas en el precio de la bebida. Como Granada entera. Sus toldos rojos dan colorido a su mesas sobre los chinos playeros. Su carta es la propia de un chiringo, pero con calidad. Pescados de lonja, arroces varios, algo de marisco, y barbacoa, tanto para verduras, peces y carnes rojas.

Mirar al mar

Por un camino aún de tierra, que eufemísticamente llaman prolongación del paseo marítimo de Castell. Antes se llamaba Miramar. Pero cuando el letrado malagueño Juan lo alquila, cambia lo de Miramar por el nombre anteriormente reseñado. Este abogado licenciado en Deusto tiene un buen equipo y atrae a sus clientes y asiduos parroquianos, con cantos. No de sirena. Cantos varios con 'son' que hacen la sobremesa o cenas muy agradables. También tienen sardinas plancha con migas, pescado de la lonja de Málaga, porque vienen de allí cada día. Por supuesto ponen tapas amplias y decoración grata. Así sorprende Castell de Ferro, entre otras cosas más.

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