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Jesús Lens
Granada
Viernes, 16 de julio 2021, 00:35
Una nutrida y amplia representación del mundo de la sumillería granadina se concitó el pasado lunes en el restaurante del hotel Hospes Palacio de los Patos para participar en la cata de los vinos Jean Leon, conducida por Mireia Torres, directora general de la bodega y representante de la quinta generación de una de las familias vinateras por excelencia de nuestro país: Familia Torres.
A lo largo de la cata, larga, didáctica y pedagógica, Mireia Torres fue repasando algunos de los hitos esenciales de una bodega con tanta personalidad como tradición.
Jean Leon fue un visionario, emprendedor carismático de éxito en Estados Unidos que, cuando se decidió a hacer vino, dudó si emprender su aventura en California o hacerlo en España, su país de origen. Optó por trasladarse a la comarca del Penedés, donde tenía familia, y en 1963 fundó su bodega junto a Jaume Rovira, el enólogo que le acompañó toda su vida y que ha estado en activo hasta hace seis años.
Cuando a Jean Leon le detectaron un cáncer, decidió vender su bodega a Miguel Torres, a quien consideraba su amigo. La condición fue que se mantuviera su legado, lo que así ha venido ocurriendo hasta la fecha. Mireia Torres ocupa el puesto de directora general de la bodega Jean Leon desde el año 2010. Además, es directora de Innovación de Bodegas Torres y presidenta de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV), por lo que tiene una amplia visión sobre los desafíos de futuro del sector. A lo largo de su intervención, Mireia Torres fue hablando de algunos de dichos retos y de cómo los está afrontando Familia Torres.
La cata comenzó con el Jean Leon Xarel-lo, un vino del 2020 elaborado 100% con la variedad xarel-lo, uva muy usada para el cava y cuya etiqueta muestra un azulejo de la cerámica típica catalana. Presenta un carácter muy especiado y no tiene nada de barrica ni de maceración de pieles: 14 días fermentando y notas a hinojo y nuez moscada en nariz. Maridaría con muchos platos, como las coquinas. Y con la quisquilla de Motril iría de lujo.
El segundo vino de la cata fue el Jean Leon Vinya Gigi 2018, un Chardonnay cuyas uvas se obtienen de un viñedo de 1967 con suelo arenoso calcáreo. «Se trata de un Chadonnay adaptado al terreno, muy mediterráneo, frutado, con notas a piña y melocotón», explicó Mireia Torres. En boca resultaba voluptuoso, con buena entrada y acidez.
La cata continuó con el Jean Leon Vinya Palau Merlot. Tal y como explicó Torres, «el Merlot es muy sensible al cambio climático, por lo que este vino no se hará todos los años, solo cuando se vea que va a ser favorable». En este caso, se trata de una añada de 2015 de estilo muy clásico. El viñedo es de 1991 y el vino pasó un año en barrica. Presenta aromas a fruta negra como la ciruela y a tostados. También a romero y tomillo, hierba de sotobosque. Ha sido seleccionado como uno de los mejores vinos tintos españoles por la OCU.
Para Mireia Torres, el Vinya Le Havre Cabernet Sauvignon Reserva es su favorito, elaborado con un 85% de uva Cabernet Sauvignon y un 15% de Cabernet Franc. Probamos la añada de 2015 y se considera un clásico de Jean Leon, proveniente de viñedos muy viejos. Son vinos complejos con aroma a cereza madura y notas de tostado, especiado y pimienta. En boca es amable, un vino redondo que envejece muy bien, hasta el punto de que aguantan perfectamente los vinos de los 70 y 80 del siglo pasado.
La cata finalizó con el potente Vinya La Scala Cabernet Sauvignon Gran Reserva, ideal para acompañar carne de caza o platos de atún.
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