La cena más canalla en Granada

Aunque hubo más, entre culpables, cómplices y cooperadores necesarios, que el equipo de La Chulapa es amplio y bien nutrido; vamos a centrar la acusación en tres personas: Ángel, Cristóbal y Alejandro.

Ángel Vargas es el dueño de La Chulapa y, como vengo contándoles desde hace tiempo, le ha metido un buen meneo al cotarro gastronómico del área metropolitana de Granada. Con su propuesta de taberna madrileña, claro, pero también con sus catas y presentaciones. Ángel es todo un agitador, una de esas (pocas) personas que consiguen que a su alrededor pasen (muchas) cosas. Y muy interesantes, ricas y sabrosas.

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Por ejemplo, llevar a La Chulapa a ese ciclón llamado Cristóbal Gómez para que liara el taco. ¡Y vaya si lo lió! Me encantó su propuesta canalla en la que jugaba con los ingredientes, las presentaciones y, sobre todo, con los comensales. Con su sorprendente helado de gamba, para empezar, servido en tarrina. O con el Café de Fuá acompañado de una porción de lo que parecía tarta de manzana, pero que no, que era salada. No les digo nada de la versión cubista y picassiana de los callos (guiño a la casa anfitriona) a la que había que inyectar una salsa rica, a gusto del comensal, o el juego del escondite con el pepino, que asemejaba a un submarino.

Y para ponerle el contrapunto líquido a ese despiporre sólido: rock&roll vitivinícola a manos de Alejandro Vignapiano y Bodegas La Divisa. Comenzó por amarrarnos con su Cuerda Corta del 2018 y nos dio algo más de rienda con el Cuerda Suelta 2017. Cambió de suerte con el poderosísimo Talismán 2020 y todo finalizó en una auténtica Quimera 2020 de garnacha tintorera. Cuatro auténticos vinazos que dialogaban de tú a tú con los platos de Cristóbal en plan Pelea de Gallos.

Este verano, estén atentos al negocio familiar de Cristóbal Gómez en Torrenueva. Porque en Casa Cristóbal van a pasar cosas interesantes. Además, muy cerquita, algo se va a mover en Baires La Torre. Y es que el municipio costero de moda en Granada no deja de darnos sorpresas y alegrías. ¿Y en septiembre, a vuelta de verano? Solo les diré que en La Chulapa seguirán pasando cosas. ¡Máxima atención!