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Alberto Flores
Granada
Viernes, 17 de mayo 2024, 00:30
Miguel Molina, chef y propietario del Restaurante Molino del Puente de Dúrcal es uno de los cocineros más reputados de toda la provincia de Granada. Sin ir más lejos, recientemente fue reconocido a través del Desafío Xchef by Cervezas 1906 como uno de los chefs más talentosos del país. Un reconocimiento que sirve para poner en valor todo lo que hace a diario en su restaurante, en el que todo parte de una misma premisa: ofrecer los platos más deliciosos con los mejores productos de la provincia de Granada.
Su interés por la cocina surgió a una edad muy temprana. «Desde pequeñito veía a mi madre cocinar y siempre estaba a su lado. Ella es la inspiración de todo y por eso me empezó a interesar este mundo», cuenta Miguel a IDEAL. Y como tenía claro que cocinar era lo que le gustaba, tras finalizar el Curso de Orientación Universitaria decidió estudiar cocina en el Hurtado de Mendoza. «Estaba empezando a darse un cambio en la hostelería y a surgir los grandes cocineros de hoy en día, las estrellas Michelin… Llegué en ese momento de cambio en el que los cocineros tomaban protagonismo y dignificaban la profesión».
De hecho, recuerda como uno de sus referentes durante sus primeros pasos era Karlos Arguiñano, al que siempre solía ver en televisión: «Para los que nos gustaba la cocina era un lujo poder ver aquello, eso hizo que me llamara todavía más la atención la cocina». Eso sí, tenía claro que él no quería ser un cocinero normal, sino uno que pudiera desarrollar su creatividad y hacer cosas especiales. Eso le llevo a realizar sus prácticas en Ruta del Veleta, que era lo que más se asemejaba a lo que quería en la ciudad por entonces.
Al terminar sus estudios le propusieron marcharse a Marbella a trabajar y no lo dudó ni un segundo. «Cogí mi mochila y me planté allí. No sabía ni donde iba a dormir pero me daba igual». Estuvo allí varios años en los que pudo conocer a Dani García y otras estrella Michelin. Y aunque empezó como ayudante de cocina, con el tiempo fue creciendo y acabó como jefe de cocina. La siguiente parada de su viaje era Francia, aunque cuando estaba preparado para marcharse recibió una propuesta para trabajar en León y decidió darle una oportunidad. «Me quedé en León y pasé allí unos 10 años. Conocí a mi mujer y acabamos llevando un hotel, tres restaurantes, asesorando a establecimientos y dando clases», comenta.
Tras bastante tiempo fuera de Granada decidió volver pero no para trabajar de cocinero, sino dando clases durante un tiempo. Más tarde surgió la posibilidad de hacerse con el Restaurante Molino del Puente de Dúrcal y no la dejó pasar. Ahora lleva ya casi una década al frente del restaurante, un lugar en el que el chef asegura que ofrece todo lo que ha ido aprendiendo de los grandes profesionales de los que se ha rodeado en su trayectoria. «El Molino al final es eso, la unión de todas las vivencias que he tenido durante todos estos años».
Miguel explica que su tendencia, por el tipo de cocina que le gusta, es más a restaurante gastronómico que a uno tradicional, aunque cuentan con menú degustación y también opción de comer a la carta. «Intentamos ofrecer un poco de los dos mundos y hacer algo que todo el mundo entienda. Una cocina que no sea muy cara y que pueda llegar a todo el mundo». Prueba de ello son algunos de sus platos, con opciones tradicionales de las de toda la vida y platos de alta cocina como los tendones de vaca Pajuna en ajopollo de pistacho verde y quisquilla de Motril con el que fue premiado en el Desafío Xchef hace unas semanas. Eso sí, todas las elaboraciones tienen algo en común: «es obligatorio usar producto local en cada uno de nuestros platos».
Tras ocho años de trayectoria desde que se hizo con el restaurante, Miguel confiesa que se siente muy bien por cómo responde. «Por suerte nos hemos hecho nombre, la gente nos conoce y es un negocio estable». Una situación que le permite emprender nuevos proyectos, como la apertura de un espacio gastroturístico en el Mercado de San Blas de Dúrcal y trabajar con la tranquilidad de que su restaurante «prácticamente anda solo».
Además de ser propietario del Restaurante Molino del Puente, Miguel también está al frente del Mercado de San Blas, un espacio gastroturístico ubicado en el antiguo mercado de abastos de Dúrcal que llevaba cerrado desde el año 2008. «Abrimos en Semana Santa y es un espacio muy atractivo», cuenta a IDEAL el chef, que explica que mantiene su esencia de mercado antiguo, con una plaza central y sus puestos. «Hemos reconvertido todo y hay tiendas de productos locales, zona de vinos, gastrobar, pastelería y panadería», un espacio perfecto dar visibilidad a los productos de la zona.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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