El cocinero granadino entró en el mundo de la gastronomía para ser feliz y ofrecer a sus comensales su amor por la fusión. PEPE MARÍN

El chef que te transporta a Asia sin salir de Granada

Con nombre propio | José Antonio López Haro ·

Un viaje para descubrir sabores nuevos. Es propietario y cocinero de Foodies, un pequeño restaurante de fusión asiática con acento granadino

alberto flores

Viernes, 15 de enero 2021, 00:38

Un pequeño local que cambia de carta cada poco tiempo y que ofrece en sus platos sabores completamente diferentes a los que estamos acostumbrados en ... la gastronomía española. Tapas típicas con un giro de 180 grados tras añadirles un toque especial asiático como 'Madrid con fusión', el tradicional bocadillo de calamares pero en tempura y con mayonesa de wasabi. Y platos como los 'Camarón vive', compuesto por langostinos con salsa de leche de coco, curry casero y arroz jazmín, o los 'rollitos tailandeses fritos'. Elaboraciones pensadas para viajar, para degustar los mejores ingredientes locales pero con un acento asiático o viceversa. Eso es Foodies, un pequeño restaurante en calle Sócrates en el que todas las elaboraciones llevan el sello de José Antonio López Haro, su chef y propietario.

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Sus inicios en la cocina se remontan a cuando era muy pequeño y cocinaba justo a su abuela, que fue la que hizo que comenzara a interesarse por la gastronomía. «Ella siempre preparaba la comida y, como soy un comilón tremendo, me preparaba siempre un aperitivo para media mañana mientras yo la ayudaba», cuenta José, que explica cómo ahora le gusta mucho retornar a esos sabores de su infancia para adaptarlos a su cocina. Estudió Historia del Arte pero, al poco tiempo, comenzó a trabajar junto a su padre en el negocio familiar, un local de comidas en el que servían de todo, desde callos a tostadas, en el centro de Granada. Pero por circunstancias personales, José Antonio decidió buscar un cambio en su vida y poner rumbo a Londres en busca de nuevas experiencias.

Londres fusión

Fue allí, en la capital inglesa, donde prácticamente sin planearlo, su vínculo con la cocina se hizo más fuerte que nunca. Trabajar allí en algo vinculado con sus estudios era prácticamente imposible, así que buscó cualquier otra opción. Y el destino quiso que terminara como friegaplatos en una escuela de inglés para adultos en la que, unas semanas después, terminaría trabajando como chef. «En Londres es donde me enamoré de la fusión», cuenta el propietario de Foodies, que admite que tener a mano la posibilidad de comer cualquier plato de diferentes rincones del mundo y con sabores tan diferentes cambió su forma de entender la gastronomía. «Salía de trabajar y me iba en la búsqueda de sitios diferentes, me di cuenta de mi desconocimiento de la cocina internacional y se despertó en mí el interés por hacer platos nuevos», explica. Tras un par de años en las islas británicas, José decidió volver tras acabar «quemado» de Londres. Una vuelta que se originó para poder echar una mano a su padre hasta su jubilación y para alejarse del estrés londinense. Y una vez llegado ese momento, emprende varias aventuras, como su primer restaurante junto a unos socios y trabajando como chef en varias cocinas de diferentes restaurantes de Granada. «Tras un tiempo me tuve que replantear qué hacer porque solo quería ser feliz a través de la cocina, no ganar un gran sueldo». Y fue ahí cuando nació Foodies, un lugar con el que José Antonio buscaba «tener libertad» para hacer realmente lo que él quisiera. «Mi objetivo era conseguir un negocio humilde que fuera mi pasaporte para después hacer algo más grande», asegura el chef. Tapas típicas fusionadas con sabores asiáticos, platos que probó en Londres y le fascinaron y elaboraciones que ha podido degustar a través de sus viajes y le han marcado, así se podría resumir su propuesta gastronómica, que invita a realizar un recorrido por Asia sin salir de Granada. «Busco enseñar a mi clientela ese viaje que yo he recorrido a través de platos llenos de sentido», algo que también hace en Wok to Go, un negocio de comida asiática a domicilio y para recoger en el que el ramen, una sopa japonesa, es el principal protagonista. «Yo me considero básico en cocina, me gusta mezclar pocos conceptos pero que queden bien, pensar en sabores y en a dónde quiero llegar», explica el cocinero granadino al ser preguntado por cómo idea cada una de sus elaboraciones.

Desenchufado

A día de hoy, Foodies se encuentra cerrado, o «desenchufado», como prefiere decir José Antonio, a causa del coronavirus. «En agosto comenzó a complicarse todo, daba miedo ir a la calle Pedro Antonio, sobre todo para las personas que tienen padres mayores o familiares de riesgo», algo que sumado a las restricciones establecidas y a dos casos positivos entre su personal le terminó por decidir a bajar la persiana. «Empecé a hacer números y me di cuenta de que no iba a cubrir gastos de ningún modo. Seguir abiertos para tener más pérdidas no era una opción», explica José Antonio, que en noviembre tomó la determinación de «desenchufar» Foodies hasta que se supere la nueva ola de contagios tras la Navidad.

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Sus planes pasan por reabrir en unos meses, en abril o mayo, mientras continúa cocinando cada día en Wok to Go, también en calle Sócrates, donde prepara algunos platos típicos de Foodies como las 'alitas sweet chili'. «Todo va a depender de cómo nos comportemos como sociedad», vaticina José Antonio, que aclara que no quiere cerrar Foodies sin ofrecer a sus clientes un nuevo viaje, uno 2.0, que llegue cargado de sabor y que sirva para olvidar el periodo pandémico que nos ha tocado vivir.

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