El chef que triunfa en Granada con una cocina «para todo el mundo»

Iván Serrano es un cocinero de Talavera de la Reina (Toledo) que comenzó trabajando en un restaurante con una estrella Michelin y dos soles Repsol hace ya 15 años. Y hace poco menos de una década decidió venir a Granada con su pareja para hacer realidad su sueño: montar su propio restaurante para poder ofrecer su cocina sin ataduras y sin tener que estar a la sombra de nadie.

«Suena a chiste pero decidí hacerme cocinero viendo a Arguiñano por la tele. Fue él quien me despertó las ganas de cocinar cuando era adolescente», explica a IDEAL el cocinero, que hoy es propietario de Panema Gastrobar, un restaurante con establecimientos en Peligros y Albolote. Estudió el grado medio de Cocina y muy pronto comenzó a trabajar. «Hice las prácticas en el Restaurante Tierra, que tiene una estrella Michelin y dos soles Repsol, y al cabo de seis meses me ascendieron a segundo de cocina», detalla.

Al poco tiempo vino a Granada con su pareja María Eugenia, que al ser andaluza «la sangre le tiraba para el sur». Y fue entonces cuando surgió la posibilidad de montar su propio restaurante junto a ella: «Buscábamos un local que me permitiera volar y no lo dudamos ni un segundo». Eso sí, tuvo que cambiar su propuesta gastronómica para adaptarse a un público nuevo. «Venía de un mundo de menú gastronómico a un lugar en el que la tapa es la reina. Tuvimos que hacer una mezcla de ambos conceptos para agradar a todo el mundo».

Así nació lo que hoy es su restaurante, que ofrece «una cocina clásica con algún toque moderno», que es lo que le demanda su clientela. «Al final intento adaptarme a lo que la gente busca, sin parar de probar cosas y cambiar la carta», explica. En cuanto a los puntos fuertes de su carta, Iván destaca que «todo es casero» y con productos «de mucha calidad». «Dominamos mucho las carnes a la brasa, los arroces melosos y también trabajamos con mucho marisco y producto fresco».

Y en esa mezcla de ofrecer platos innovadores y a la vez bocados más comunes, ofrece una gran variedad de tapas: desde la típica de carne en salsa hasta un frankfurt en tempura. «La idea es adaptarnos a todo el mundo. A quienes les gusten las cosas más modernas y raras aquí las va a encontrar, pero quien prefiera bocados tradicionales también tiene opciones».

Siete años después de la apertura de Panema Gastrobar en Peligros, al que más tarde seguiría el de Albolote, el cocinero reconoce que sus planes pasan por mantener todo «como está hasta ahora». «La idea es seguir así, con una buena filosofía de trabajo, con producto de mucha calidad y ya está. Ahora quiero vivir las cosas con más calma, sin tantos agobios», finaliza.

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