Clasicismo y modernidad en las mejores bodegas de la capital

Cuando cerró Bodegas Espadafor hace unos meses, una corriente de melancolía se instaló en Granada. Era el enésimo comercio de los de toda la vida al que las circunstancias, el mercado y la gentrificación de los centros urbanos obligaba a chapar.

El pasado noviembre, sin embargo, Bodegas Granada abría sus puertas en la calle Almireceros, no por casualidad, frente con frente con la mítica Bodega Castañeda. Hablamos con su dueño, Carlos García. Tiene claro que, «por la zona en que se ubica, queríamos abrir un local con aspecto retro y característico, con sus toneles de vino a granel y su atmósfera tradicional, que se está perdiendo en Granada. Nos alejamos de la moda de los gastrobares para tratar de añejar un poco el centro de Granada».

En ese sentido, la carta de Bodegas Granada responde a esas raíces granadinas, «trabajando el producto de cercanía y Km. 0 para que la gente conozca los productos de Granada, empezando por sus quesos y embutidos. Queremos salirnos de la oferta gastronómica más trillada del centro de Granada y ofrecer platos característicos, buscando nuestra propia identidad. Por ejemplo, nuestro cocinero viene de la Zona Norte de la provincia y vamos a trabajar el cordero segureños y otras especialidades de dicha comarca».

Por cuanto a los vinos, en Bodegas Granada tienen ahora mismo referencias de Montilla Moriles y los habrá tanto de Jerez como moscateles de Málaga. Y están a la espera de recibir una pieza muy especial de cerámica de Fajalauza para albergar vinos tintos que no necesiten envejecimiento. En este sentido, Carlos García señala que «tenemos una buena representación de vinos granadinos. Los clientes los piden y, una vez probados, nos animan a que sigamos sirviéndoles. Es la mejor prueba de que las bodegas granadinas están haciendo las cosas muy bien».

Bodega Teba abre sus puertas en la Avenida Federico García Lorca, lejos del centro de Granada. «No teníamos claro cómo iba a funcionar» nos dice José Antonio. «Al estar en una zona urbana nueva y todavía no muy definida, no sabía qué me iba a encontrar. Quería trabajar el jamón y los quesos, pero no sabía si podría hacerlo al corte. Ahora sí tengo claro que funciona el concepto de bodega con los productos que el público demanda, especialmente en carnes y vinos».

Por cuanto a las carnes, Bodega Teba cuenta con una cámara de maduración en exclusiva para ellas, sin compartir espacio con otros producto. Y apuestan por servir vinos de gama alta por copas.

«En carta tenemos unas 60 referencias, incluyendo las de Granada. Llegamos a todas las zonas importantes de España, incluyendo vinos de Tenerife o Alicante, por ejemplo». Y es que en Bodega Teba, cada vez reciben más clientes que van a probar vinos nuevos y diferentes. «En cocina, les preparamos tapas especiales que mariden con los vinos elegidos», concluye José Antonio. Una excelente forma de redondear la experiencia en torno al vino.

Son las bodegas clásicas de Granada. Las bodegas por excelencia de nuestra tierra. Entrar en las bodegas Castañeda o La Mancha es hacer un viaje en el tiempo a la Granada de toda la vida, a una Granada auténtica, castiza y con sabor.

Ahora que vuelve la moda de los vinos a granel, en barril, es justo y necesario recordar que, como en el cuento de Monterroso, los locales de Pepe Torres siguen estando ahí, repletos de público desde que abren hasta que cierran.

Los mejores embutidos y los bocadillos más suculentos son marca de fábrica de sendas bodegas que deberían estar catalogadas como patrimonio histórico de Granada. Por lo que representan y por seguir siendo un foco de atracción para clientes locales y de todas las partes del mundo, hasta el punto de que uno no puede decir que ha estado en Granada si no las ha visitado.