A. AGUILAR

La comida para llevar está de moda en Granada

Comer en verano ·

Este 2020 ha venido con un pan debajo del brazo para los rodríguez que no tienen tiempo, ganas u oportunidad para cocinar. El take away está de moda y amplía notablemente su rango gastronómico

Viernes, 14 de agosto 2020, 00:41

Mucho han cambiado las cosas desde que, allá por 1965, el gran José Luis López Vázquez se quedara solo en casa durante aquel mítico y fundacional 'El cálido verano del Sr. Rodríguez', infame película que sirvió para bautizar a todo un fenómeno: el de los hombres que se quedaban solos en la gran ciudad mientras sus familias se iban de vacaciones a la playa.

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Hoy, rodríguez somos todos los hombres y mujeres que, aplastados por la galbana del verano y sometidos a la tiranía de las altas temperaturas, nos rebelamos ante la mera idea de cocinar.

Hasta este año, los mejores aliados del ciudadano–currante eran los asaderos que, en verano, hacían su particular agosto. La oferta culinaria que se puede encontrar en ellos es cada vez más amplia y variada. Y para todos los gustos. Más allá de los tradicionales pollos asados con patatas de los domingos, en muchos de ellos es posible disfrutar de una comida casera hecha con ingredientes de calidad. Es cuestión de probar.

En la dieta de todo rodríguez que se precie también se incluye la oferta habitual de restaurantes que cuentan con reparto de comida a domicilio. Así empezó, por ejemplo, Aisushi, especializado en cocina japonesa, antes de abrir sus restaurantes físicos. El delivery o servicio a domicilio es una constante en los restaurantes de cocinas exóticas y foráneas. Será que a los comensales les da apuro enfrentarse en público a unos platos diferentes que, en muchos casos, resulta complicado saber siquiera cómo se deben comer. Puestos a destrozar el trabajo del chef, mejor hacerlo en solitario, en la intimidad del hogar y sin testigos indiscretos.

Paradigma de la comida a domicilio son las pizzas de los restaurantes italianos. Ahí influye, indudablemente, el placer culpable de comer con las manos, de una forma íntima y desenfadada. Y el gustazo de no tener que recoger la mesa o lavar los platos después de la cena. Una de las clásicas granadinas es Pizzería Bolívar, que tiene locales en La Zubia y en el Zaidín. Abrieron en 2013 en la doble modalidad de restaurante y servicio a domicilio, sector en el que tenían amplia experiencia, no en vano, participaron en la puesta en marcha de la franquicia Voy Volando, hace ya cerca de 30 años.

Vienen a servir unas 400 a 500 pizzas semanales a domicilio. Entre las más demandadas: la cuatro quesos, la cuatro estaciones y la barbacoa. Y, para los niños, la favorita es la de jamón york y queso. Además, como complemento, en su carta hay nuggets, alitas y algún postre, pero la estrella sigue siendo la pizza.

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Este extraño y atípico verano, hemos encontrado un imprescindible aliado a la hora de ponerle color, variedad y sabor al arte de comer en casa: el desarrollo de servicios de comidas para llevar en algunos de los mejores restaurantes de Granada.

Comida Michelin para llevar

Hace un par de semanas hablábamos en este suplemento de 'Faralá Home', la nueva línea de comida a domicilio de Javier Feixas, cocinero galardonado con un Sol Repsol este año. El restaurante FM, que no cierra este verano, también ha implementado su 'FM en casa', al igual que otros dos de los restaurantes granadinos recomendados por la Guía Michelin: Atelier Casa de comidas y Restaurante Cala.

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En ambos casos, ni Raúl Sierra ni Samuel Hernández se habían planteado, antes de la crisis del coronavirus, poner en marcha un servicio de comidas a domicilio o take away, pero con las limitaciones de aforo impuestas por la normativa sanitaria, tocaba reinventarse. De hecho y de momento, ambos chefs tienen pensado mantener el servicio en su carta: sirve como complemento a la facturación y presta un servicio importante a las personas que, aún hoy y por precaución, no quieren compartir espacios cerrados. Un servicio muy demandado, también, por clientes habituales de ambos restaurantes.

Uno de los desafíos del take away es conseguir que los platos viajen bien, sobre todo, en el caso de cocinas tan singulares como las que practican Samuel y Raúl. La clave: «usar recipientes herméticos que mantengan el frío y el calor y concretar la hora de recogida, para ajustar al máximo la cocción de cada plato», señala Samuel Hernández. Aun así hay platos que no se pueden llevar a domicilio, «como determinados tartares que llevan muchos aliños y conviene comer en el momento», señala Sierra. O los postres que llevan escarchas, por su propia naturaleza.

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La carta de Atelier es difícil para llevar al take away, por lo que Raúl se ha animado a hacerla más sencilla y asequible, buscando «que entre en juego el placer». El ticket sale por unos 15/16 euros, lo que permite disfrutar en casa por un precio económico. Raúl Sierra define a sus recetas como juguetonas, «por ejemplo, los gurullos, las croquetas y las gyozas; muy demandados por nuestros clientes». Destaca un costillar envasado al vacío con salsas especiales que incluyen tamarindo o un pollo al curry «que es muy divertido». Cocina con sabores apegados a la tierra, pero muy viajeros. Platos que se regeneran en casa de forma sencilla, en el microondas o en una olla con agua hirviendo y se comen sobre la marcha. Platos para «chupetear», muy golosos, que invitan a los comensales a curiosear.

En el caso de la propuesta para llevar a casa de Restaurante Cala, no hay que hacer nada más que abrir los recipientes y empezar a comer. Entre sus propuestas para estas semanas, dos muy frescas y saludables: ajoblanco con breva y atún y salmorejo con atún escabechado.

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Ambos chefs se plantearon hacer maridajes de vinos, pero era una iniciativa que complicaba el proceso y encarecía bastante el ticket. Si el cliente, pregunta, ellos aconsejan. Por ejemplo, un blanco con toque a moscatel para esos ajoblanco y salmorejo de Cala.

«Una buena cerveza o una sangría también son aptas para acompañar nuestros platos», concluye Raúl. Y es que, este verano, el que se aburra comiendo en casa es porque quiere.

Los orígenes más lejanos del take away

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