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A Solera le gustan las tapas, «pero no los tapones», prefiere probar y luego pedir raciones para compartir. IDEAL
Una Alhambra con... | Mar Solera, presidenta de Facua en Granada: «Hay que devolver a la hostelería mucho de lo que nos da»
Una Alhambra con... | Mar Solera, presidenta de Facua en Granada

«Hay que devolver a la hostelería mucho de lo que nos da»

Mar Solera considera que el granadino tiene en su mano la capacidad de mejorar el nivel de la gastronomía: «Hay que ser exigentes y reivindicativos»

Jesús Lens

Granada

Viernes, 11 de junio 2021, 01:00

Cuando le pregunto a Mar Solera, la presidenta de la Federación de Consumidores y Usuarios de Granada, que dónde nos vemos, el primer nombre que se le viene a la cabeza es el Tocateja. Aunque después sugirió otras posibilidades, nos citamos en este conocido local de la calle Trinidad, de techos altísimos y decoración cinematográfica. Casualmente, Mar le da un aire a la Audrey Hepburn del interior del local.

–¿Por qué aquí?

–Porque era nuestro centro de reunión antes de la pandemia. Uno de nuestros rincones floriles.

–¿Rincones floriles?

–Me gusta bromear llamando 'flores' a todas las compañeras de Facua. Ahora mismo, todas las trabajadoras somos mujeres y este es uno de los bares en que nos gustaba juntarnos los viernes a mediodía. Nos pilla a todas bien, es muy céntrico, los camareros están muy entregados a su trabajo y aquí pasan cosas.

–Volver aquí es, por tanto, recuperar un poco de su vida de antes...

–Eso es. Un paso más en la recuperación de la antigua normalidad, que los bares forman parte de nuestra vida. De hecho, aquí había antes un bar gallego...

–¡Sí! Ahora me acuerdo. La de ribeiros que me he tomado aquí, brindando en tazas de color blanco...

–Yo no lo conocía entonces. Los bares cambian. Como la vida. Me gustan los locales que cuidan la decoración y generan un buen ambiente, en los que se está a gusto. Son espacios para conversar, reír e incluso trabajar. Para ver a la gente pasar. Hay que devolverle a la hostelería, en estos tiempos, mucho de lo que ella nos da.

–¿Es usted muy de salir de tapas?

–Sí, pero no de 'tapones'. Me gusta probar alguna cosa y luego pedir platos y raciones para compartir.

–¿Alguna forma especial de clasificar a los bares por sus tapas?

–¡Por su ensaladilla rusa, que me encanta! (Risas).

–Hace años, pedir una ensaladilla rusa en un bar también era jugar un poco a la ruleta rusa...

–Eso ha cambiado, afortunadamente. La seguridad alimentaria está fuera de toda duda y cuando ocurren episodios desgraciados se controlan rápidamente retirando los productos en mal estado. Hay ocasiones en que, como en el episodio de la listeria, fallan las inspecciones y se toman decisiones tardías, pero en general el sistema funciona y la normativa es la adecuada, controlándose la calidad y la temperatura de los alimentos. (Mar recuerda que Facua nació precisamente a causa del terrible episodio del aceite de colza en mal estado: como los juzgados no permitieron personarse a las asociaciones de vecinos, nacieron las de consumidores).

–¿Es reivindicativo el cliente granadino?

–Es más de protestar y quejarse en el momento que de reivindicar. Le echa la bronca a la persona que está a pie de barra, por decirlo de alguna manera, que es la que menos culpa tiene muchas veces. También falla a la hora de hacer el posterior seguimiento a las quejas presentadas en las hojas de reclamaciones. Para mí, ser exigentes y reivindicativos redunda en beneficio de todos.

–¿De qué nos quejamos?

–Sobre todo, de mala atención. De que nos apuran demasiado para seguir pidiendo o marcharnos. También de publicidad engañosa, sobre todo cuando los clientes sienten defraudadas sus expectativas.

–¿De qué nos deberíamos quejar más?

–De la limpieza de los servicios, en su caso. Y de la accesibilidad para personas con movilidad reducida, carritos de niños, etcétera.

–¿Cuántas de las cosas que han venido con la pandemia terminarán quedándose?

–Muchas. El cliente de bares y restaurantes se ha hecho mucho más consciente en temas como la limpieza. Es una cuestión de mínimos. O de máximos. También el espacio entre las mesas, para estar a gusto y no todos pegados. Que haya una zona de respeto. En la misma medida, hemos aprendido a reservar, a esperar y a ser más pacientes. También hay cada vez más locales que cocinan a la vista de la clientela, lo que da seguridad, además de ser un entretenimiento para la vista y excitar nuestros sentidos.

MENÚ DEGUSTACIÓN

  • Un ingrediente El aceite de oliva

  • Un sitio para celebrar La Platea y Los Pensadores

  • Una tapa para abrir boca Salmorejo y tortilla de patatas

  • Una cocina internacional Italiana y el sushi japonés

  • Dulce favorito Milhojas de chocolate de El Sol

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