Bares de Granada

Los Diamantes de siempre está abierto (y se puede entrar)

Los Diamantes original, Los Diamantes de siempre, los de la calle Navas toda la vida; era una institución y la clientela granadina se daba la mano con turistas venidos de los cinco continentes que tenían marcada esa visita entre las imprescindibles de sus guías de viaje.

Entonces pasó lo que pasó y, allá por marzo de 2021, los amantes de los bares con historia, de los garitos con pedigrí y los establecimientos con memoria; recibimos la peor de las noticias: la casa madre de Los Diamantes cerraba indefinidamente. Los requisitos impuestos por lo que entonces se conocía como NN (Nueva Normalidad) hacían inviable el negocio.

Porque Los Diamantes de toda la vida era alargado, pero chico. Y estrecho, además. En los tiempos de la distancia social y los metros de separación entre unidades familiares; allí no se podía estar.

No sé cuándo ha vuelto a abrir sus puertas. Pasé hace un par de semanas y me pareció que sí, que estaba abierto de nuevo. Pero iba acelerado y con prisas y no entré a 'golismear'. Me dio la sensación, por cierto, de que había sitio en el interior, lo que me sorprendió sobremanera. ¿Cómo podía ser?

Hoy miércoles, pasaban de las tres de la tarde cuando me acerqué a curiosear. Otra vez. Y se podía entrar, efectivamente. No es que estuviera vacío, en absoluto, pero había sitio y holgura tanto en la barra como en los poyos de la ventana. Pedí una caña, que vino con un platillo de gambas bien fritas, y entre sorbo y sorbo, miré a mi alrededor. Para mí que todo seguía igual, desde el viejo cartel de Cervezas Alhambra con los precios de las raciones y las medias raciones a la barra, al resto de la decoración, incluyendo el aviso de que la tapa es una cortesía de la casa y ni se elige ni se cambia. ¡Ele!

Tampoco me hagan mucho caso, que no soy buen fisonomista y lo mismo hay novedades, pero yo me sentía como en casa. ¡Como si no hubiera pasado el tiempo! Por delante de mí vi pasar calamares plancha, bien gorditos y lustrosos, y platos de setas plancha. Esperaba que algún valiente se tirara por los sesos, los riñones o las mollejas, pero no hubo ocasión.

Antes de irme, reparé en que sí había dos novedades en forma de cartel. Unos, avisando de que no se atiende a despedidas de soltero, lo que es muy de agradecer. ¡Ojalá proliferaran! Otros, solicitando el pago de la cuenta con tarjeta, a ser posible. ¡El signo de los tiempos!

No sé cuánto tardará Los Diamantes original en volver a estar petado. Lo mismo ya no pasa. Quizá, como se ha convertido en franquicia, el público se reparte por sus otros muchos locales. Quizá, estar en la calle Navas no ayuda, que la clientela granadina tiende a rehuirla. Y que las cañas ya no son tan baratas como antes, ni allí ni en ningún otro sitio.

El caso es que Los Diamantes de toda la vida vuelve a estar abierto. Y, de momento, se puede entrar. ¡Celebrémoslo mientras podamos!

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