La heladería Solete Repsol que triunfa en el centro de Granada

Aunque se consumen desde que llega la primavera, los helados son uno de los mayores protagonistas a nivel gastronómico durante los meses de verano. Y en Granada hay una gran cantidad de heladerías en las que disfrutar de helados artesanos de exquisita factura. Dos de ellas son Via Lattea Trinidad y Fior di Granada Plaza Nueva, negocios de los que son propietarios Jorge Juan García y su mujer Julia Pahomi, que desde el año 2009 llevan ofreciendo sus elaboraciones en pleno centro de la ciudad.

Jorge trabajaba en el sector de la madera y en 2008, en plena crisis, decidió dar un giro a su vida para conseguir una mayor estabilidad. Tras conocer a una familia italiana que tenía experiencia en el mundo de las heladerías, él y su mujer lo tuvieron claro: querían montar una heladería. Lo hicieron de forma conjunta con los italianos, aunque tras cuatro años de socios decidieron comprarles su parte del negocio y continuar en solitario.

«Somos una empresa familiar. A parte de Julia y yo, también trabajan mis cuñados y la madre de mi mujer», explica Jorge. Él se encarga de que la elaboración de los helados para sus dos establecimientos sea perfecta y también juega un papel crucial en la parte creativa, ya que no para de buscar nuevos sabores y combinaciones con las que sorprender a sus clientes. «Cada heladería tiene su propio obrador y fabricamos los helados en el día», detalla. Mientras que Julia es todo un comodín que ayuda «en lo que haga falta». «Yo suelo ocuparme de la parte más técnica, de hacer la compra de ingredientes, coordinar horarios y resolver problemas», detalla Julia.

En cuanto a sus grandes éxitos, el matrimonio explica que en Via Lattea su helado Picasso, que es una mezcla de pistacho, chocolate blanco y arándanos, es su buque insignia. Y en el caso de Fior di Granada destacan el sabor Alhambra, que es una mezcla de chocolate, almendra y avellana. «Tenemos variedad para todos los gustos, incluso helados veganos y sin azúcar». Y también elaboran sus propios cucuruchos y tulipas, que recubren con chocolate y decoran de forma manual cada día.

Recientemente han sido reconocidos con un Solete en la Guía Repsol por la calidad que ofrecen en Via Lattea Trinidad, un galardón que no ha sido buscado pero que supone una gran recompensa a su trabajo. «Nuestro mayor reconocimiento es la felicidad de nuestros clientes. Ahora, el Solete es un premio a nuestro trabajo y la verdad es que da mucha alegría». De hecho, reconocen que el reconocimiento les sirve mucho, sobre todo para reafirmar su apuesta por la calidad: «Nos ayuda a ver que vamos por el buen camino y a seguir, estamos muy contentos».

Tanto Jorge como Julia tienen claro qué es lo que hace que sus helados sean diferentes a los demás: la gran calidad de los productos que utilizan. Más allá del esfuerzo que realizan a diario para hacer sus helados, el factor diferencial tiene que ver con la materia prima con la que los elaboran. «Siempre queremos usar lo mejor. Hemos preferido apostar por hacer helados de calidad, que es más costoso a nivel económico pero al final la gente lo reconoce porque se nota», explican los propietarios de Via Lattea Trinidad y Fior di Granada en Plaza Nueva.

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