Elogio de los bares de barrio en Granada

La felicidad, muchas veces, se encuentra a la vuelta de la esquina. En tu propio barrio. En la Freiduría Santa Mónica de Los Vergeles, sin ir más lejos.

Caía la noche y encontramos mesa en la terraza. No nos anduvimos por las ramas. Una botella de Albariño. Podría haber sido de Zárate o del propio Eulogio Pomares, protagonista principal del artículo, pero ese brindis me lo reservo para compartirlo con Luis Montes, en Los Luises o en Casa Enrique, que fue él quien me dio el contacto.

Nos pusieron un Pazo de Seoane Rosal de 2021, muy frío. Ya nos iba bien, fresco y floral; disfrutón. La cosa era celebrar, sin alharacas, por un trabajo bien hecho. Para acompañar pedimos unos salmonetes, un pescado que me flipa y del que alguna otra vez hemos hablado. Es un pescado de mar acostumbrado a vivir entre las rocas, de intenso color y sabor que aporta mucho ácido graso omega 3, del que ayuda a reducir el colesterol malo.

¡Apúntense a los salmonetes! Consumido desde hace más de 2000 años por griegos y romanos, para quienes era uno de sus pescados de cabecera, entre sus propiedades más destacadas se encuentra su alta cantidad en potasio, fósforo, magnesio, selenio y, sobre todo, en yodo. Una auténtica despensa. El salmonete es igualmente rico en vitaminas B y D y en proteínas de alto valor biológico. También tiene calcio en abundancia, buen aliado de huesos y dientes, por tanto.

De esta manera, además de celebrar, nos tomamos un pescado en el que coinciden el ser con el estar… bien bueno. Una celebración sencilla y agradable, disfrutando del excelente trato de Santa Mónica, uno de esos bares de barrio que no suenan tanto como otros, pero donde se está la mar de bien.