«Envenenar la comida es un clásico del misterio»

–¿Le gustaría La Brujidera a Sherlock Holmes?

–¡Seguro que sí! Es un sitio con mucha personalidad, muy elegante.

–¿Se le ocurre un misterio granadino que pudiera darse aquí?

–Es un escenario muy apropiado. Si tuviera que crear una historia policíaca que transcurriera en un establecimiento como éste, jugaría con el envenenamiento de la comida, un clásico del misterio. ¿Accidente, mala suerte o malas intenciones? ¿Qué relación unía a la víctima con el dueño o el camarero?

–¿Qué tal envenenar con una botella de vino?

–¡Ya lo hecho! Literariamente hablando, quiero decir. En mi libro anterior, 'La casa familiar', alguien introducía veneno en una botella con una jeringa de aguja muy fina, de forma que el corcho no se viera afectado.

–¿Hay otras referencias a garitos de Granada en su libro más reciente, 'Misterios granadinos al calor de la lumbre'?

–Sí. Uno de los relatos nos permite viajar en el tiempo, en concreto, al Zaidín de los años 60. Es un homenaje a mi abuelo José, al que no conocí.Lo convertí en personaje y aparece un bar, el Conti, que estaría en la plaza Sol y Luna, donde vivía mi abuela. Allí tomarán un 'follasa', y explico bien qué es para evitar equívocos. (Risas).

–Otro de sus relatos describe la Granada más noctámbula...

–¡Y el protagonista es un periodista! Sí. Es un habitual de la noche y le gusta perderse por los garitos de PedroAntonio de Alarcón. Ahora hay otras zonas de copas, como Ganivet, pero quise que mi relato describiera esa zona mítica de la Granada nocturna. Me he inventado un pub, el Asgar, como homenaje a la tierra de Thor. Es un relato muy turbio en el que el protagonista se mezcla con usureros peligrosos.

–Como buen 'ensaladillero', ¿qué sitios nos recomienda?

–Por no salir del Zaidín, la de La Almudena. Y en mi pueblo, Ogíjares, la ensaladilla rusa de El Pescaíto de Loma Linda. Además, recomiendo Los Pinchos, que tiene muy buenos embutidos de elaboración propia. Y como cafetería, La Granmería, que ponen unos churros excelentes.

–¿De dónde le viene esa pasión por los misterios?

–Desde pequeño. De niño conocí al personaje de Sherlock Holmes gracias a una aventura gráfico y me quedé fascinado por el personaje. Aquel juego, 'El caso del escalpelo mellado' me enganchó: había que investigar, coger objetos... la bola fue creciendo y hasta ahora.

–¿Por eso invita a sus lectores a que traten de dar con la solución de los misterios?

–Eso es. En la portada hay dos sillones. En uno, alguien sentado fuma una pipa frente a una chimenea. El otro está vacío, invitando al lector a que lo ocupe.

–¿Le gustan los pubs de estética británica?

–Mucho. Y me encanta la Casa Palacete 1882, que tiene chimenea. Tengo pendiente conocer la Sala Premiere, que tiene una estética muy atractiva. Y soy habitual del Bohemia y su granizado de café. A veces me pregunto quién toca el piano cuando no está el pianista...

–¿Hablamos de fantasmas y del libro en que está trabajando?

–Contará historias de fantasmas de Granada capital y de alguno de sus pueblos. La protagonista será Andrea Ebro, redactora estrella de la ficticia revista Crónicas de lo Oculto, una de las referencias en materia paranormal en España. Hay una cosa que no admite mucha discusión: Granada es una ciudad donde todo es posible y parece tener una historia paranormal tras cada rincón.

–¿Alguna referencia a garitos o bares?

–Tengo que estudiar las leyendas sobre El Granero.