La merienda de los toros sigue creando polémica. p. a.
Destinos con sabor

La eterna polémica de merendar en los cosos taurinos tiene su porqué

Pablo Amate

Jueves, 19 de junio 2025, 22:33

Hace tiempo que está dividida la afición taurina. Además de ser partidaria de algún 'espada', son pocas las plazas donde no está mal visto hacer ... una breve parada en el tercer toro y convidar y dejarse invitar con amigos o familia. A nuestra capital se le achaca ser cuna provida y comilona de esta costumbre, según dice internet. Por tanto, no crean lo que ponen en la red. O a la IA. Hay mucho perturbado suelto que no investiga en libros y sólo inventa. La polémica existe, pero nuestra merienda es elegante, breve y no excesiva. En mi querida Almería, a veces es desmedida en cantidad, llevando ollas y peroles de guisos, gurullos, migas, etc. En Algeciras son prudentes. Pero es fatal en los Sanfermines de Pamplona. Se da la espalda a lo que acontece en el ruedo, comiendo, cantando y bebiendo; sin atender a las faenas.

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Entre toros y ética

Gracias a la televisión, este año he visto muchas corridas de Las Ventas, Maestranza de Sevilla, las del Corpus granadino, etc. Yo conozco plazas como Jerez con el gran Rafael de Paula, Sanlúcar de Barrameda, Málaga, Vera, Logroño, la goyesca de Ronda, etc. Hay plazas que, si tienes sed, hay que beber a escondidas, vestido con traje y corbata. Sevilla es 'asín'. Ahora hay empleados que venden bebidas de todo tipo en los tendidos. Las Ventas es claro ejemplo, como Burgos o Castellón.

El origen del condumio

En los inicios de la tauromaquia, los festejos comenzaban desde la mañana en muchas villas. No existían los restaurantes como tal y las tabernas o figones solo despachan vino y aguardientes. Por tanto, había que llevar la cocina 'viática' (la que se prepara para los viajes). De ahí el nombre al sacramento de la Extremaunción. No hay fecha exacta que marque el inicio de la costumbre de merendar en las plazas de toros, aunque se empeñen. Se remonta a varios siglos atrás, coincidiendo con la época en que las corridas se celebraban en plazas improvisadas o espacios públicos, cerradas con carromatos, con el público encima, mientras había luz diurna.

La mejor merienda

Hay para todos los gustos. Desde un buen bocadillo al paisano que me ofreció una rodaja de su chorizo casero que picaba endiabladamente. En Granada venden el lote completo unos pocos establecimientos. Los he probado todos. Y con diferencia, López Mezquita, por calidad y cantidad lógica, es la mejor. El pan de medias-noches rellenos, exquisitos emparedados y pastelitos para invitar, si encarta, a algún conocido cercano. Esto no es pan y circo. Es el hedonismo en su más puro estado. ¡Viva el Fandi!

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