

Secciones
Servicios
Destacamos
Pablo Amate
Viernes, 22 de septiembre 2023, 00:02
Por estas fechas, arriba o abajo, la plaza del Campillo –no confundir con la de Los Campos– se llena de puestos varios y coloridos, hace ... años dignificados en sus diseños, colores e higiene por el Ayuntamiento de turno. Asunto que hacía falta, ante la impropia imagen de tenderetes y lonas, cada uno de su padre y de su madre. Este asunto, perdido en la memoria colectiva, resultó necesario e importante para afirmar la belleza e importancia de exponer, divulgar y realzar unos productos autóctonos y estacionales.
Yo las recuerdo siempre. No solo se disfrutan por 'la Virgen de las Angustias'. La famosa expresión 'de toda la vida' viene de los hornos morunos abastecidos de leña, que transmitían a la masa leuda y caramelizada un sabor y aroma únicos, singulares y dependientes del tipo de madera que se usaba en el horno de barro. Alfacar, por sus aguas naturales y nobles, ha sido famoso por sus panes y tortas. Me pregunto el porqué en la oferta ancestral, para 'la Virgen', solo se ofrecen tortas dulces. Lo legítimo y verídico, desde su origen musulmán en nuestras tierras, eran las 'salaíllas' tortas con azúcar. Y más adelante en el tiempo, las rellenas de cabello de ángel, dulce producto de una fruta: la cidra. Todos los demás rellenos, son años y añadiduras muy posteriores. Pero no son 'de la Virgen'.
Sé y confío en que sigan acudiendo las familias a sorprenderse al ver castañas de Güéjar Sierra, almecinas, majoletas, acerolas, granadas, membrillos, caquis, azufaifas, níspolas, higos y uvas. Más tarde en el tiempo aparecen las frutas tropicales: aguacate, mango, papaya, piña, etc. Cada año aparecen más productos que poco o nada tienen que ver con las tradición: siempre lo comento. Somos los habitantes del antiguo Reino de Granada que menos partido sacan a la fruta que le da nombre a un bello reino, afectado desde tiempos prehistóricos por una maldición que, a modo de pátina, no deja ver más allá de sus narices. Conozco a unos paisanos que para ir a Lanjarón, se echan el pasaporte al bolsillo.
De estas tres formas las he tomado en Israel. Desde Tel Aviv, Mar Muerto, Jerusalén, Haifa, Herzliya, Hod HaSharon, etc. De las tres formas indicadas en el titular las he tomado en ese país. En los barrios de ellas siempre hay un carromato pequeño donde hacen al momento zumo fresco de granada. Muy antioxidante, entre otras virtudes. Y el vino producido por la maceración, no deja de tener exotismo y seducción. Cuídense.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Un anciano tira por la ventana 1.800 euros en Aranda
BURGOSconecta
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.