Alberto Flores
Granada
Viernes, 3 de noviembre 2023, 00:02
La ciudad de Granada cuenta con una gran cantidad de monumentos destacados que merece la pena visitar por su valor histórico, cultural y arquitectónico. La Alhambra, la Catedral, la Abadía del Sacromonte, la Capilla Real… Una gran cantidad de lugares que son un reflejo de la ciudad en la actualidad y que cada año acogen a miles y miles de visitantes.
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Entre todos esos monumentos históricos también se encuentra la Plaza de Toros de la ciudad, el Monumental de Frascuelo, un edificio construido por el arquitecto Ángel Casas entre 1927 y 1928 que está considerado como uno de los emblemas a nivel arquitectónico de Granada. Con casi 100 años de historia a su espalda, la Plaza de Toros de Granada es de estilo neomudéjar y desde el año 1991 está catalogado por el Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural. De hecho, la Plaza de Toros de Granada está protegida a nivel jurídico por su entidad patrimonial, histórica, artística y cultural desde entonces.
Y, aunque mucha gente piense que es un lugar en el que únicamente se celebran corridas de toros, lo cierto es que desde hace algún tiempo alberga más conciertos y espectáculos que eventos taurinos. Sin embargo, todo eso no es lo único que puede ofrecer a los granadinos y a quienes visitan la ciudad la Plaza de Toros. Se trata también de un lugar ideal en el que disfrutar de la gastronomía, puesto que en su interior y en sus bajos se encuentran algunos de los restaurantes más destacados de toda la ciudad.
Uno de esos restaurantes es Tendido 1, un establecimiento que lleva afincado en el coso granadino desde hace ya 26 años. A lo largo de su trayectoria siempre han contado con dos grandes especialidades: la carne a la brasa y sus emblemáticos platos guisados como el codillo, el rabo de toro o la paletilla. «Siempre trabajamos el mejor producto que encontramos en el mercado y buscamos que nuestras carnes tengan historia», cuenta a IDEAL Lourdes Luzón, propietaria de Tendido 1. En lo relativo a las carnes, tienen cortes de vaca premium con hasta 150 días de curación, así como otros con menos maduración para adaptarse a todos los gustos posibles, «carnes ibéricas 5 jotas» con las que agasajan a sus comensales cada día. Pero no todo es carne, ya que también tienen elaboraciones con pescados como el bacalao o el salmón como protagonistas.
«Nuestra filosofía es clara: buscamos que todo tenga un sentido y tratamos al producto de la mejor forma posible. Trabajamos cada día la materia prima y no compramos nada preparado ni congelado. Al final todo lo que buscamos es que el protagonista sea el producto», explica Lourdes. Desde que abrieran sus puertas en 1997 han tenido que hacer frente a diferentes situaciones y no siempre ha sido fácil, aunque es consciente de que tener un restaurante en un edificio como la Plaza de toros es algo «único». «Estamos en un lugar que hace que todo sea diferente, en un monumento con una gran historia que cuenta con mucha afluencia de gente». Sobre las particularidades de tener un restaurante en los bajos de la plaza, Lourdes cuenta que ya están acostumbrados. «La cocina tiene muchos recovecos y no es tan centralizada como en otros restaurantes pero después de tantos años te acostumbras y no lo ves como algo negativo». De hecho, cuenta que ve un «gran romanticismo» a tener a su restaurante en ella porque «es como estar en un palacio o una catedral» y le hace sentir «como en otro planeta».
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Sobre cómo afectan los eventos de la plaza al día a día Tendido 1, la hostelera explica que antes tenían que cerrar cuando había corridas de toros o conciertos. Sin embargo, desde hace algún tiempo la situación ha cambiado y les permiten abrir sus puertas cuando se dan estos eventos. «Cuando hay eventos es publicidad para nosotros y procuramos adaptarnos a la situación pero sin perder el buen servicio que ofrecemos siempre. Preferimos que la gente esté cómoda y coma bien que tener muchos más clientes un solo día, la calidad nunca puede cambiar».
Otro restaurante icónico de la Plaza de Toros es El Coso, un lugar que prácticamente parece un museo y que cuenta con múltiples referencias al mundo taurino en su interior. «Estamos en los bajos de la Plaza de Toros y hemos respetado totalmente su estructura, hemos querido poner en alza su arquitectura neomudéjar», cuenta a IDEAL Fernando Jiménez, propietario del restaurante. El Coso está abierto desde 2013 y desde entonces nunca han sentido dificultades por estar enclavados en un lugar tan singular: «Para nosotros no es más difícil, la verdad. De hecho, es bastante cómodo y no nos afecta negativamente». Más bien sucede todo lo contrario, ya que mucha gente llega a su interior buscando precisamente esa singularidad y en un restaurante que «a los taurinos les encanta».
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Con las carnes rojas y el rabo de toro como especialidades, con su horno de carbón de encina como protagonista, Fernando tiene claro que su cocina debe estar siempre a la altura del lugar en el que se encuentran. Porque, además de su clientela diaria, cada vez que hay un evento en la plaza tienen que atender a cientos de personas. «No es fácil porque cuando hay un gran concierto como los de Sabina o Serrat salen unas 10.000 personas de la plaza y todos quieren comer y que les atiendas rápido. El volumen de trabajo en esos momentos es enorme».
Sin embargo, tiene claro que a pesar de que no sea fácil lidiar con tanta gente a la vez resulta muy beneficioso para el restaurante que este tipo de conciertos se den junto a él. «Poder estar en la Plaza de Toros es muy importante, la verdad. Estamos en un edificio precioso y con una gran historia, una oportunidad única en el mundo», asegura.
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Basta con echar un vistazo al interior del restaurante o entender qué significa su nombre para darse cuenta de que El Coso guarda una gran relación con el mundo taurino. Y, como no podía ser de otra forma, esto es algo que también se nota en la carta, donde se pueden encontrar diferentes elaboraciones con el rabo de toro como principal protagonista. Según cuenta a IDEAL Fernando Jiménez, propietario del restaurante, en El Coso hay dos especialidades: por un lado todas las carnes que preparan en su horno de carbón de encina y por otro las de rabo de toro. Sobre este último explica que lo hacen de muchas formas diferentes. «La más tradicional es estofado al vino tinto pero también tenemos en la carta hamburguesas de rabo de toro y croquetas», asegura.
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