Frescor y altitud, claves del éxito de Bodegas Calvente

«Hemos querido traer lo más emblemático de Calvente para dar a conocer lo que estamos trabajando», comentó Horacio Calvente, enólogo de la bodega y encargado de dirigir la cata. La primera variedad a probar fue un Rania de 2016, un producto con el que buscaban algo parecido a los grandes cavas con crianza de más de 30 meses. «Un vino untuoso que sirve para iniciar una comida y para ponerle fin, porque funciona perfecto para acompañar un postre», comentó Horacio.

El experto en vinos también puso en valor algunas de las características principales de Calvente, una bodega ubicada en la sierra de Los Guájares que se beneficia del frescor del mar y de Sierra Nevada, que es el principal sello de la bodega. También mostró un Calvente blanco, un vino de moscatel alejandría seco pero con toques afrutados que «invita mucho a beberlo» y es perfecto junto a un buen pescado o marisco.

Para finalizar llegó el turno del emblema de la casa: el Castillejos. Un tinto con cinco variedades de uva elaboradas de forma independiente en barrica de roble francés. «Es nuestro producto más característico, es muy potente y de una gran calidad», apuntó Horacio, que reconoció que se trata de un vino potente, de una intensidad media-alta y con aromas ahumados y a chocolate, café e incluso caja de puros. Unos matices que también se perciben en boca al saborearlo.