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Chema Madoz habla en Humo: El Origen sobre su trabajo con la icónica botella de la 1925. Alfredo Aguilar
Una Alhambra con...

«La funcionalidad de los utensilios invita a jugar»

Chema Madoz | Fotógrafo ·

Chema Madoz, Premio Nacional de Fotografía, expone en Gran Capitán, incluyendo una imagen especial sobre la 1925 de Cervezas Alhambra

Jesús Lens

Viernes, 2 de junio 2023, 00:41

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Quedamos con Chema Madoz en uno de los establecimientos de Granada con más arte y estilo: Humo: El origen. Le llevo uno de sus libros de fotografía para que lo firme y, casualmente, el diseño de la mesa parece hablarse con la 'arácnida' portada. Premio Nacional de Fotografía, tiene ahora mismo una exposición en Granada, en el Centro Cultural Gran Capitán. Una muestra titulada 'En torno al tiempo' que incluye dos fotografías nuevas y muy especiales: las realizadas en torno a la icónica botella de la 1925 de Cervezas Alhambra. La verde. La Milno, como la conocemos popularmente.

–¿Cómo ha sido trabajar con Cervezas Alhambra?

–Una experiencia muy grata. Compartimos esa idea de crear sin prisas, de valorar el tiempo.

–¿Le gusta la cerveza?

–Mucho, sobre todo a la hora de compartir con amigos. Ya conocía de antes la Cerveza Alhambra, que tiene mucho éxito.

–¿Qué tienen las copas y los utensilios de cocina que le resultan tan inspiradores a la hora de intervenir sobre ellos?

–Me resulta muy atractivo todo lo que tienes alrededor y a lo que no le das importancia. Objetos con una funcionalidad clara, como los utensilios de cocina, que invitan a jugar con ellos. Por el material, por lo atractivo de sus formas, las curvas... en cuanto los intervienes, cambian. Se trata de encontrar la idea implícita que esconden. Notas que has acertado en cuanto reconoces y descubres la verdad que había ahí, oculta. Se trata de sacarle a un objeto todo su potencial.

–¿Es usted de ritos a la hora de crear?

–Lo normal. El café para despertar, por ejemplo. Pero la creatividad surge en cualquier momento y en cualquier lugar. En un viaje, en una tienda... Nunca sé cuándo me llegará la idea para una fotografía. En mi estudio tengo tal cúmulo de objetos entremezclados que a veces necesito salir. La inspiración suele llegar fuera.

–¿Cómo surgió la idea para una de sus fotos icónicas, la alcantarilla como escurreplatos?

–Fue interesante. Estaba impartiendo unos talleres en La Coruña. El reto era trabajar en una habitación con mucha iluminación, conseguir imágenes sin salir. Pero no estaba funcionando. Al cuarto día decidimos ir a la calle para trabajar con el mobiliario urbano: farolas, bancos... Y reparé en la alcantarilla. Compré platos baratos para probar y esa misma noche salió.

–¿Cómo trabaja con alimentos como la fruta?

–Son diferentes a los utensilios de cocina. Una cuchara ha sido creada por el hombre y tiene una funcionalidad concreta mientras que una pera o una manzana provienen de la naturaleza y no tienen función alguna, por lo que hay que hacer un acercamiento diferente.

–¿Le interesa el bodegón?

–No particularmente. El bodegón clásico me deja frío. Su objetivo era mostrar un determinado estatus económico o de clase. A veces definen algunas de mis fotografías como bodegones, pero no las considero así. Manejo lenguajes diferentes que tratan de llevar al espectador a otros lugares situados más allá de lo aparente.

–¿Y los trampantojos gastronómicos en los platos de los restaurantes?

–En general, tampoco. Pero una vez vi una yema de huevo situada sobre una clara que estaba hecha con ganchillo, con sus puntillitas y todo, y sí me pareció graciosa.

–¿Cómo trabaja con el agua?

–El agua es muy complicada de trabajar, pero muy agradecida cuando sacas algo de ella. Un día de lluvia ves el capó de un coche perlado de gotas de agua y está implícita la idea de puzzle. Es muy poética. Te da pie a concebir imágenes con un atractivo muy especial.

–¿Se lleva objetos que aún no le han 'dicho' nada, pero que usted sospecha que tienen algo que 'contarle'?

–Sí. A veces vas buscando un objeto concreto y te llevas otro que te parece interesante, aunque no sepas por qué. Con el tiempo, efectivamente, acabas descubriendo qué te resultaba atractivo y lo usas.

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