Gastronomía y cultura a de ritmo de rock en Granada

Si hablamos de la hostelería y restauración de Granada, lo cierto es que la provincia cuenta con opciones para todos los gustos y bolsillos en la actualidad. Sin embargo, ninguna de las propuestas que se pueden encontrar se parecen, ni si quiera un poco, a la que ofrecen en Lemon Rock. Sobre todo porque definir este lugar solo como un restaurante no sería hacer honor a la verdad, porque es mucho más que eso. Es un establecimiento que aúna lo mejor de muchos mundos, una zona de encuentro en la que arquitectura, música, cultura y gastronomía se dan la mano. Todo ello ubicado en un palacete histórico del siglo XVII.

Un proyecto que acumula ya casi una década de vida por el que han pasado multitud de personalidades, con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, como una de las visitas más ilustres que han recibido durante los últimos meses, además de músicos de todo el mundo, viajeros, chefs estrella Michelin y amantes de la gastronomía.

Aunque Lemon Rock tiene ocho años de vida, se trata de un proyecto que nació hace más de dos décadas. «Estuve de viaje en Escocia hace más de 25 años y allí surgió la idea. Quería crear un espacio abierto para todo tipo de público que combinase un respeto muy grande al arte, la cultura, la música y la gastronomía», cuenta a IDEAL Vicente de Luna, alma de Lemon Rock y uno de sus propietarios. Y con esa idea de querer compartir con todo el mundo todo eso la idea de Lemon Rock empezó a tomar forma. «El proyecto nació de la unión de todas esas pasiones. Siempre he pensado que la música y la cultura en general podían estar unidas a una gastronomía que estuviese a su misma altura. Y eso fue lo que hicimos».

Para que el lugar fuera lo que Vicente quería, era fundamental encontrar un espacio adecuado para ello. Con ese objetivo decidió hacer realidad su proyecto en un palacete del siglo XVII ubicado en pleno centro de Granada, en la calle Montalbán, 6. Para ello tuvieron que rehabilitar y restaurar totalmente el edificio, aunque lo hicieron respetando cada uno de sus elementos arquitectónicos: «Es un edificio histórico con muchos elementos nobles, así que hicimos todo con muchísimo respeto e intentando buscar una combinación de decoración industrial con los elementos del palacete».

De hecho, basta con echar un vistazo al interior del edifico para darse cuenta de esa unión perfecta entre los elementos históricos del palacete y los modernos que agregaron en la restauración. Todo ello para crear «un espacio que te gustaría encontrar en cualquier lugar del mundo». Un lugar al que entrar de casualidad y que te deja con la boca abierta una vez entras en él porque «es una bofetada de color, calidez, sensaciones, espacio y sentimientos». Algo que podría resultar un poco abstracto pero que es lo que define en Lemon Rock. Y la mejor manera de descubrirlo y experimentarlo es visitarlo para vivir en primera persona todos esos aspectos.

«Lemon Rock es una mezcla perfecta entre tradición y vanguardia», argumenta Vicente, que explica que al igual que hacen con su cocina, en la que toman como base la tradición y la materia prima para, a partir de ahí, innovar, hacen con todo lo demás. Desde el edificio y su rehabilitación, hasta todas las actividades que desarrollan cada día, con presentaciones de libros, conciertos, talleres y hasta exposiciones de arte. «Quizá sea uno de los proyectos europeos que, a nivel privado, tiene más programación».

Gracias al trabajo de Vicente este multiespacio se ha convertido en un emblema de la ciudad, «un lugar de encuentro para artistas y gente de la cultura», precisamente lo que él quería conseguir, que su establecimiento fuera «la casa de todo el mundo», una casa en la que, además, se comiera bien y que la gente se sintiera cómoda. «Al idear todo este proyecto en mi cabeza tenía un establecimiento que fuera mítico, que se convirtiera en leyenda. Es muy difícil hacer algo así, pero tenía muy claro lo que quería conseguir».

Entre muchas otras cosas, Lemon Rock es un lugar muy vivo en el que siempre pasan cosas. Desde que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez lo visite y apoye como establecimiento cultural, hasta que cocineros estrella Michelin lleguen a sus cocinas para ofrecer increíbles jornadas gastronómicas. Sin olvidar a las múltiples bandas de música de gran reputación a nivel internacional que han ofrecido sus canciones allí. «Me gusta haber conseguido ser un punto de encuentro y unión. Al final Lemon Rock es muy espiritual y está marcado por el dinamismo y la evolución. Es muy bonito porque todo el trabajo que se hace a diario al final tiene su premio».

Si únicamente hablamos de comida, la carta de Lemon Rock parte de una base clara: los productos de Granada en todas sus vertientes. «Nuestra provincia tiene de todo: montaña, mar, vega… Tenemos muchísimas opciones para presentar platos con un género de mucha calidad», explica Vicente. Y, al igual que es un lugar marcado por una mezcla perfecta entre tradición y vanguardia a nivel musical, arquitectónico y cultura, sucede exactamente lo mismo con sus elaboraciones. «Ofrecemos evolución y experimentación pero siempre con un respecto muy marcado al producto».

Pescados y carnes en su horno de brasas, ensaladas, productos de temporada… Un menú muy variado y de alta calidad con platos para todos los paladares. Y en ese menú la bebida también juega un papel protagonista: «Trabajamos con varias bodegas de Granada e incluso tenemos alguna ginebra y cervezas granadinas. Esa es también una de las bases de nuestro proyecto».

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