La gastronomía del Lejano Oeste

Pero apenas pasaban de las 12 del mediodía y tenía que presentar un libro, así que la cerveza ya iba bien. Y fue allí sentado, en mitad del saloon, rodeado de la gente que hace los espectáculos del Mini Hollywood de Tabernas, que empecé a recordar algunos de los platos míticos que se comían en el Oeste. Que de gran gourmets no eran, precisamente. Por ejemplo, de crío, me encantaba el Trinidad interpretado por Terence Hill, que se hincaba unos tremendos platos de judías pintas. ¿Será por eso que me guste tanto la fabada y que en los hoteles internacionales me pirre por las 'beans' agridulces para desayunar?

Y luego están los míticos filetes de 'El hombre que mató a Liberty Valance'. Unos filetes que a punto están de provocar un duelo en el bar donde trabaja James Stewart como camarero, que menudas se las gastan Wayne y Marvin.

Y el café. Ese café de puchero que borbotea sobre los rescoldos de la hoguera, tanto por la noche antes de dormir como en el frío amanecer. Una gastronomía básica y de subsistencia, montaraz y salvaje que hoy tiene su correlación en esos soberbios y espectaculares T-bone que aúnan el solomillo y el entrecot en un solo filete o el famoso Tomahawk, corte grueso de carne con costilla. Una carne sabrosa, con su grasa intermuscular. ¡Qué ganas de unas buenas carnes a la brasa! ¡Yihaaa!