El sumiller granadino Gonzalo Rodríguez gana un prestigioso concurso de cata

Junto a los sumilleres Carlos Cuenca y Aitor Maiztegui, el granadino Gonzalo Rodríguez, nacido en Alfacar en 1989, resultó vencedor de la tercera edición de este concurso para jóvenes catadores, creado por la Embajada de Italia en España, la Oficina del ICE en Madrid y la Cámara de Comercio Italiana para España.

Instalado profesionalmente en Madrid, Gonzalo lleva 5 años trabajando como asistente de sommelier en 'Pinkleton & Wine', una de las bodegas más de moda del popular Mercado de San Miguel de Madrid.

De abuelos panaderos y padre médico, Gonzalo Rodríguez se marchó a Madrid con su familia cuando era niño, pero sigue manteniendo una fuerte vinculación con Granada, a donde viene varias veces al año. Estudió Traducción, pero trabajando durante los fines de semana en la hostelería descubrió el mundo del vino, convirtiéndose en un auténtico apasionado, hasta el punto de cambiar su carrera profesional para centrarla en la sumillería. «Es un universo precioso en el que hay gente muy apasionada y muy sabia», explica Gonzalo, que tiene claro que los jóvenes están provocando una revolución en el sector del vino.

Al concurso de cata llegó a través de un curso de sumillería que hacía en la Cámara de Comercio de Madrid. Cerca de 50 profesionales de diferentes sectores relacionados con el entorno del vino fueron enfrentándose a las diferentes pruebas, primero teóricas y después prácticas, hasta llegar a los tres ganadores que, entre el 27 de septiembre y el 5 de octubre, han tenido la oportunidad de profundizar sus conocimientos sobre vinos y bodegas italianas en la Escuela Internacional de Cocina Italiana 'ALMA', el centro de formación de mayor prestigio en Italia dedicado a la hostelería y a la restauración, con sede en Colorno, cerca de Parma.

El curso de formación incluyó lecciones presenciales y viajes a las principales regiones vitivinícolas italianas, en particular Piamonte, Toscana y Emilia Romaña, donde pudieron descubrir los secretos de vinos de prestigio como Barolo, Barbera, Chianti y Lambrusco. Conocieron a productores y distribuidores y aprovecharon para hacer buenos contactos profesionales.

La experiencia también les permitió conocer los lugares de producción de algunos productos italianos icónicos como el Parmigiano Reggiano, el vinagre balsámico de Módena y profundizar en la tradición gastronómica italiana para comprender las posibilidades de combinación y valorización de los mejores vinos.