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Toñi Heredia y Pepe Luis Habichuela brindan por las vistas que hay en Casa Juanillo. Ramón L. Pérez

Una Alhambra con Pepe Luis Habichuela | Cantaor y gestor cultural

«Granada tiene que aprovechar más el flamenco»

Defensor acérrimo de la comida mediterránea y buen 'arrocero', Pepe Luis Habichuela combina la música, la gestión cultural y, ahora también la hostelería

Jesús Lens

Granada

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Viernes, 3 de marzo 2023, 11:39

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Quedamos en la mítica Casa Juanillo, que es su casa. Toñi Heredia y Pepe Luis Habichuela están pendientes de todos los detalles. Desde el 13 de enero que volvió a abrir sus puertas, además de artista, Toñi es empresaria. «Mi padre nació ahí abajo y este local es parte de mi vida. De aquí ha salido todo, el arte y mil y una vivencias. Mi hermano pensó en alquilarlo y, aunque me ha costado decidirme, que sabía que iba a quedarme sin vida, no podía decir que no». En esta aventura le acompaña su marido, Pepe Luis Habichuela.

–¿Qué recuerdos le trae Casa Juanillo?

–Por aquí hemos pasado todos los flamencos, de Camarón y Paco de Lucía a Enrique Morente y hasta Chavela Vargas. Es parte de nuestra vida. Los Heredia son sacromontanos y los Habichuela, albaicineros. Y aquí estamos, en la frontera más bonita de España.

–¿De dónde viene el apelativo de Habichuela?

–De mi abuelo, que era tan chiquitillo, tan menudo, que le decían que parecía eso, una habichuela. Lo llevamos con orgullo, que los Habichuela somos músicos de corazón, con arte. Por eso se compra nuestra música, porque tenemos arte 'forever'. ¡Y no olvidemos que las habichuelas con arroz están buenísimas! (Risas).

–¿Cómo es la nueva carta de Casa Juanillo?

–Como el mismo flamenco. Mantiene la pureza y las raíces con platos imprescindibles como la famosa tortilla del Sacromonte o las chuletillas de cordero, pero en mis viajes he visto que lugares tradicionales como la Plaka de Atenas o la Jaffa de Tel Aviv evolucionan gastronómicamente. Ahora también te puedes comer un espléndido steak tartar con vistas a la Alhambra, que Jesús es un cocinero excepcional. Hay que apostar por el mestizaje y en Casa Juanillo lo mismo te puedes comer unas papas a lo pobre de toda la vida que unas papas con boletus.

–¡Y tiene usted su propio vino!

–¡Sí! Estuve cantando en Muga y otras grandes bodegas y me regalaron una caja de vino excelente de Cigales, en Valladolid. Ahora embotellan para mí una selección de sus añadas y vamos a aprovechar para hacer toda una 'Experiencia Habichuela' en Casa Juanillo de corte gastronómico.

–¿Habrá música?

–Aquí siempre ha habido, hay y habrá música.

–¿Qué tal el nivel gastronómico de otros tablaos y zambras?

–Con conocimiento de causa solo te puedo hablar de Venta El Gallo, con un nivel excelente: las chuletillas, el jamón 100% ibérico... Otros, no los conozco.

–¿Y en su Madrid natal?

–Allí la cultura flamenca es brutal, no como en Granada, que tiene que aprovechar mucho más y mejor el flamenco. Es una pena lo de Casa Patas, pero están saliendo sitios nuevos muy interesantes, como el Torero, una discoteca donde actúa gente joven. O el Cardamomo y el Café Berlín. De los antiguos, hay que ir a Corral de la Morería, el que tiene más solera. Lo lleva Blanca del Rey, que es una gran artista.

–Volvamos a Granada. ¿Cómo ve el panorama flamenco?

–Granada da una cantidad de artistas brutal, pero no se ha aprovechado a las grandes figuras, de Enrique Morente a Ketama. Estoy convencido de que el flamenco no se va a terminar nunca, pero se tiene que renovar para que la cantera pueda lucir.

–Y ahí entra Milnoff en escena...

–Es que no podía ser que Sevilla tuviera su Bienal, Córdoba su Noche Blanca del Flamenco y aquí no hubiera nada. En Granada no hay artistas que sean también productores y empresarios. Yo conozco bien el paño, sé cómo hay que tratar a los artistas, lo que les hace falta y lo que no. Valorarlos. Aquí vienen los grandes y se van contentos, pero a la vez ofrecemos un espacio para que las figuras emergentes compartan cartel con ellos y se den a conocer, tengan visibilidad. Y todo ello gratis, para disfrute de la ciudadanía. No es un 'business'. Es una ilusión. La ilusión y la emoción de un flamenco.

–¿Algo de la edición del 2023?

–Se celebrará del 7 al 13 de septiembre y dará que hablar, ya verás.

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