Pablo Amate
Viernes, 20 de octubre 2023, 00:02
A pesar de todo fue un gran éxito. Era de una importancia mundial, con graves riesgos por la estancia de todos los mandatarios. Y como ... añadido, el gran Zelensky; que sabe cuándo sale, pero no si volverá. La importancia de la gastronomía se ha visto representada, no solo por Granada. Varios eran los actores que han intervenido en una parte muy importante. Fueron elegidos por una asesoría exterior, ajena a la intrahistoria alimentaria del antiguo Reino de Granada.
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Comencemos con la principal y carismática cena de gala. Lugar: Parador de la Alhambra. Conozco bien este hotel, siendo –creo– de los pocos granadinos de la capital que ha pasado días alojado. Por eso sé de buena tinta todo el valor del equipo humano. Podían haber confiado en ellos, por oficio y por haber atendido a decenas de altos mandatarios en dicho Parador. Según declaraciones a Juan Andrés Rejón, de Onda Cero Granada, Paco Morales dijo: «voy con 100 personas. (sic)». Muchos, del catering Taberna del Alabardero sevillano. Trajo materias primas, productos, vajilla y cristalería, al ser muy especial en diseño. La cena se sirvió a modo de degustación, pues eran 22 platos, y cada persona tomó lo que le gustaba. Por cierto, también los vinos eran foráneos: de Málaga. Hasta el espumoso del peculiar brindis.
Quedó solo en anécdota gracias a la seria educación protocolaria que les han inculcado al Rey Felipe VI y la Reina Letizia. No como el caso de Carlos III de Inglaterra por las plumas y tinteros. Hay muchas versiones. Alguien, al saber que Doña Letizia no toma alcohol, pensó que con una copa basta. Pero un brindis de gala jamás es solitario. Menos los míos. Por tanto, dejaron solo una copa de espumoso para el Rey donde debía haber una bandeja y dos copas llenas. Desconcierto en protocolo, que no supo acercar rápido otra copa a Doña Leticia y proceder al brindis. Algo ajeno a responsables granadinos y allegados.
Un almuerzo en el Carmen de los Mártires oficiado por el malagueño Fernando Arjona, cocinero de La Bobadilla (Loja), con vinos de fuera de Granada. Y otro en el Carmen de los Chapiteles a cargo del catering La Borraja, con Javier Feixas al frente y sabores granadinos en este caso. Y vinos, para no variar, de otras tierras. Gracias al desparpajo y conocimiento de Lola, dueña del restaurante Damasqueros y su equipo, ya en cena privada de ocho personas, dio a catar a los comensales algunos vinos de Granada: B. Toral, B. Vilaplana. B. Carbajal. B. Chapó, B. Gómez y La Divisa de Torvizcón. Estuvieron finos ofreciendo vinos de Andalucía y Granada. Creo que hubo asombro al saber que Granada tiene vinos tranquilos de mesa. Enhorabuena a todos los que han trabajado en esta Cumbre.
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