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María Osuna en la cocina de Kudamm Edel. Ideal
Con Nombre Propio | María Osuna

La granadina que cambió las grandes empresas por la cocina

María Osuna es la chef y propietaria de Kudamm Edel, restaurante que abrió su padre en el año 1978

Alberto Flores

Granada

Jueves, 24 de julio 2025, 23:14

La vida de María Osuna siempre ha guardado una gran vinculación con la gastronomía. Desde pequeña ya hacía algunos platos en casa con su madre y no paraba de recorrer las cocinas de Kudamm Edel, el restaurante de su padre en Granada. Sin embargo, pese a que los fogones le llamaron la atención desde que tiene memoria, su vida laboral fue por otro camino, el del mundo empresarial, hasta 2008, momento en el que pudo cumplir su sueño: ser la chef de su propio restaurante.

La que a día de hoy es chef y propietaria de Kudamm Edel, restaurante especializado en cocina den Centroeuropa ubicado en la calle Pedro Antonio de Alarcón, estudio Secretariado Internacional de Alta Dirección y Empresariales. «No tenía nada que ver con el mundo de la cocina, pero siempre tuve claro cuál era mi vocación porque me he criado en un ambiente muy gastronómico», cuenta María a IDEAL.

Tras finalizar sus estudios en Madrid trabajó para varias multinacionales. Sin embargo, una llamada en 2008 lo cambió todo: su padre se jubilaba y era el momento de volver a su tierra a cumplir su gran sueño, ser la chef de su propio restaurante. Desde ese momento tomó las riendas de Kudamm Edel, una tarea que no fue nada fácil y que le requirió de mucho esfuerzo, trabajo y formación, acudiendo a centros tan prestigiosos como el Basque Culinary Center de San Sebastián, donde ahora acude cada año como colaboradora.

«Mantener un restaurante con tanta solera es complicado porque los tiempos han cambiado. Tenemos una cartera de clientes fijos que buscan el sabor que mantienen en su recuerdo de los inicios de Kudamm», explica. Pero, además de mantener esos platos típicos que les catapultaron a la fama, María también ha buscado «seguir sorprendiendo a los clientes» con nuevas elaboraciones con las que ha conseguido «modernizar» el restaurante. «La competencia y la oferta gastronómica cada vez es mayor y ahora el cliente es más exigente», reconoce la chef, que considera que es por ello que están obligados a actualizarse «constantemente» pero manteniendo «los sabores europeos que nos diferencian al resto».

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Pese a que ha vivido momentos duros al frente de la pandemia, como el incremento en el precio de los suministros, la crisis del coronavirus y la inflación, lo que hace que todo sea «más complicado que antes», reconoce que está «muy contenta» con haberse quedado al frente del restaurante de su padre. «La gente de Granada nos quiere mucho y nos sigue dando su confianza, así que agradezco enormemente poder seguir trabajando y ofreciendo lo mejor de Kudamm», añade.

De cara al futuro, comenta que le gustaría poder dedicar más tiempo a la formación, ya que le atrae mucho la docencia. Este año ha colaborado con la Universidad CEU de Castellón como docente y, a parte de seguir trabajando como chef, quiere crecer también por esa vía: «Es un nuevo reto que me llena de ilusión y es muy gratificante. Puedo compaginar mi trabajo como chef y empresaria formando a jóvenes con mucho potencial». De hecho, reconoce que le encantaría poder ofrecer formación directamente en sus propias cocinas, un proyecto que ya tiene en mente y en el que está trabajando junto al objetivo de realizar «una nueva apertura».

«Para mi ser chef de mi propio restaurante ya es un sueño cumplido. Más aún continuando con la trayectoria que inició mi padre», explica la cocinera, que se siente una privilegiada por poder «disfrutar» cada día en su cocina, recibiendo a sus clientes y viendo en primera persona que sus experiencias en Kuddam Edel son inmejorables.

Delicias de Centroeuropa

Si hay algo por lo que es famoso Kudamm Edel desde su apertura en Granada es por ofrecer platos típicos de Alemania, Austria y Suiza. Un lugar que, según María Osuna, «te traslada a Centroeuropa» a través de platos como el rollmpos de salmón, langostinos y espinacas, el codillo o postres como el apfelstrudel o el berliner roter grütze. Y, aunque durante los últimos años ha añadido nuevos platos y recetas a la carta, la esencia del restaurante que abrió su padre hace ya casi 50 años sigue intacta: «Hemos modernizado el concepto pero siempre manteniendo la línea de trabajo de Kudamm y dando un toque en los sabores europeos que nos diferencian al resto».

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La granadina que cambió las grandes empresas por la cocina