El granadino que ofrece emociones a través del vino

El vino es uno de los productos más valorados en el sector de la gastronomía. A prácticamente todo el mundo le gusta disfrutar de una buena copa de vino de calidad, ya sea tinto, blanco o rosado. Y gran parte de culpa del momento de bonanza que vive el vino lo tienen empresas como Bodegas Mar, que desde el año 1974 no para de trabajar para ofrecer a sus clientes los mejores vinos del mercado en Granada.

Al frente de ubicada en Motril se encuentra Gerardo Corzo Fernández, que es el gerente de esta bodega granadina. Desde pequeño Gerardo compaginaba los estudios con el trabajo en la bodega familiar que dirigían sus padres, Marcos Corzo y Leonor, hasta que en el año 1992 decidió centrarse en exclusiva en Bodegas Mar. «Por tradición familiar siempre he tenido una estrecha vinculación con el mundo del vino. Una tradición continuada de mis padres, aunque actualizada y más centrada en la comercialización», explica a IDEAL Gerardo.

Para él Bodegas Mar es como «una pequeña familia». «Somos una empresa de distribución de bebidas enfocada en el sector Horeca con una tienda especializada. Nuestro equipo disfruta con la búsqueda y difusión de proyectos enológicos singulares que representen los valores y compromisos éticos que defendemos».

Según asegura Gerardo, no son una bodega como tal: «Tratamos de promocionar proyectos vitivinícolas que sean auténticos, fieles al terroir, y que salgan de la línea más puramente comercial». Y es que tienen claro que lo que hacen es «seleccionar emociones» a través del vino mediante proyectos basados en la recuperación y puesta en valor de «las variedades que siempre han definido el mosaico vinícola de nuestro país dentro de una viticultura sostenible».

Al ser preguntado si su sector y el mundo del vino ha cambiado mucho durante los últimos años, Gerardo afirma que «pese al importante volumen de producción en España» se ha experimentado un «cambio de hábitos» que ha provocado una «importante caída» en el consumo diario de vino. «Ahora ha pasado a ser un acto de disfrute ocasional, con una clara orientación lúdico-cultural», explica. Y a eso hay que sumar que en los últimos tiempos los estándares de calidad han mejorado mucho, lo que les permite ofrecer vinos todavía mejores.

Ahora el consumidor final valora más el buen vino que antes y «existe una nueva tendencia» que pasa por adquirir más conocimientos sobre el vino, «huyendo de los estereotipos de marcas y zonas de producción». «El interés del consumidor hacia nuevas producciones asociadas al redescubrimiento de zonas vitivinícolas históricas es creciente y nos encanta», finaliza el gerente de Bodegas Mar.

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