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Las grandes propiedades digestivas del comino
Nutrición y salud

Las grandes propiedades digestivas del comino

Se trata de una conocida especia con gran poder digestivo que aporta un sabor y aroma únicos a los platos y recetas

Jesús Lens

Granada

Viernes, 22 de diciembre 2023

No puede ser casualidad que se use tanto en las gastronomías árabe y persa como en la india y mexicana. Hablamos del comino, una especia a que minusvaloramos a través del habla popular y que, sin embargo, atesora muchas y variadas propiedades, tanto gastronómicas como para la salud.

Empecemos por la parte 'farmacológica'. El comino es un potente digestivo gracias a sus propiedades antimicrobianas que lo mismo contribuye a combatir la caries como el mal aliento o esa gengivitis que hace que se nos inflamen las encías por diferentes razones. Y luego está su poder carminativo, una elegante manera de decir que favorece la expulsión de gases abdominales y flatulencias. Lo que no es sino otra discreta forma de definir… En fin. Que en caso de hinchazón abdominal circunstancial, el comino alivia.

Otra de sus propiedades: activar las glándulas salivales de la boca, lo que facilita la primera de las digestiones del alimento, esa que comienza al masticar y que médicos y nutricionistas consideran tan importante y a la que, quizá, no le prestemos toda la atención que se merece.

En ese sentido, también hay que destacar que, en polvo, el comino contribuye a reducir tanto la grasa como el colesterol y los niveles de azúcar en sangre. Por cuanto a los minerales, destaca el aporte de ese hierro que contribuye a combatir la anemia y a fortalecer el sistema inmunológico. Y más beneficios para dientes y huesos gracias a sus buenas dosis de calcio. Esta especia puede presumir, incluso, de tener efectos tranquilizantes y sosegantes, que funciona como sedante natural.

El comino en cocina

Tiene su punto de picante y amargor, por lo que conviene ser prudentes con su uso, que el concepto de 'una pizca' lo carga el diablo. En la tradición culinaria árabe se usa en la preparación del cuscús y en Oriente Próximo, en el hummus. Los indios utilizan el comino en su famoso curry y los mexicanos, tan amantes del picante, tiran de él a la hora de preparar sus chiles e incluso el guacamole. En la cultura mediterránea más próxima, lo mismo se usa en las lentejas y otros guisos tradicionales que a la hora de elaborar morcillas como la de Burgos. Y en Canarias, para los mojos.

Historia del comino

En Babilonia lo usaban como droga y los egipcios, como parte de los ungüentos que se usaban para los embalsamamientos. De origen asiático y persa, griegos y romanos ya lo utilizaron en cocina y fue la puerta de entrada de esta especia a toda Europa. Posteriormente, de España llegó al continente americano. Por cierto que Malta tiene una isla llamada Comino que es una auténtica belleza. Y sí, se llama así por la planta, omnipresente en sus poco más de 3,5 kms cuadrados de superficie.

Me importa un comino

Durante muchos siglos, fue un producto prohibitivo, símbolo de estatus. A partir del siglo XIX, sin embargo, su cultivo se popularizó de tal manera que casi estuvo a punto de considerarse una plaga, perdiendo de esa manera su valor económico.

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