«Me gusta proyectar películas filmadas en Granada»

–¿Por qué, Mariscal Delicatessen?

–Porque es un privilegio salir del cine y tener a mano establecimientos gastronómicos tan buenos como éste, el vecino Pizpireta, Taberna Granados o Los Marianos, entre otros. Cuando tenemos cineastas invitados a presentar sus películas les llevamos a alguno de ellos y se van encantados.

–¿Le pregunto por las palomitas y el cine?

–No tengo problema en que la gente coma en la sala, pero ahora no tenemos tiempo ni recursos para recuperar el ambigú. Antes de la pandemia teníamos una máquina de hacer palomitas de las pequeñas. Salían calientes y en su punto. Algún día las recuperaremos, que estamos en un proceso de mejora constante, pero lo esencial son las películas.

–¿Tiene en agenda algunas de temática gastronómica?

–¡Hasta tres, de aquí a enero! 'Té negro', de Sissako, sobre una joven de Costa de Marfil que viaja a China y se especializa en la ceremonia del té. 'La cocina', de Alonso Ruizpalacios, que es una distopía y 'Cuando cae el otoño', de Ozon, muy negra y otoñal, que las protagonistas son unas setas.

–¿Y alguna película 'granaína' en agenda?

–Hasta tres vamos a ver estos meses. Me gusta proyectar películas hechas en Granada y/o que aparezca la provincia en pantalla. En las próximas semanas estrenaremos 'Historia de pastores', de Jaime Puertas Castillo, sobre la vida rural. 'Zambra', de José Sánchez-Montes y 'El parque', de Rogelio Enríquez.

–En ese sentido, imagino que 'Secaderos' le dejaría un inmejorable sabor de boca...

–Fue algo espectacular. Una película de una factura técnica impresionante que fue un exitazo de taquilla. Estrenamos la película de Rocío Mesa en junio y la mantuvimos hasta bien entrado agosto porque hacía números y el público la seguía demandando. El espectador granadino entró muy bien en ella y no tenía empacho en pagar la entrada, que es el auténtico baremo que nos sirve para saber si una película gusta de verdad.

–¿Qué otras películas de las proyectadas recientemente le han dejado ese buen sabor de boca?

–Dos. 'El maestro que prometió el mar', muy emocionante; y 'La casa'. Con ella pasó algo muy especial: necesitaba llegar a los 100.000 espectadores para que sus responsables, con Álex Montoya a la cabeza, tuvieran más facilidades para acceder a la financiación de su siguiente proyecto y desde Granada contribuimos a que lo consiguiera.

–El próximo martes, en el marco de Film In Granada, vamos a hablar de exhibición cinematográfica...

–¡Sí! A las 19 horas en Palacio de Condes de Gabia. Me parece muy interesante y necesario el trabajo de Julio Grosso. Siempre que hacemos un estreno en el Madrigal con la presencia de cineastas, viene a hablar con ellos para presentarles Film In Granada y mostrarles las posibilidades de la provincia desde un punto de vista cinematográfico.

–¿Qué le parece Granada como plató de cine?

–Que tiene todas las posibilidades, con paisajes que van de la alta montaña y que tan bien se han aprovechado en 'Caníbal' o 'La sociedad de la nieve' al mar o el patrimonio histórico-artístico con la Alhambra como bandera. Un lujo.

–¿Algún plato o receta que le guste de una película española?

–Me gusta tanto el gazpacho que me quedo con el de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' de Pedro Almodóvar.