Juan Ramón Olmos Vico habla en Las Tinajas de su doble faceta como empresario y novelista. Pepe Marín
Una Alhambra con | Juan Ramón Olmos, empresario y escritor

«Hago deporte a diario para comer y beber lo que quiera»

Fundador y presidente del Grupo Trevenque hasta 2022, el matemático y empresario ha retomado su pasión por la literatura y publica dos libros

Jesús Lens

Granada

Viernes, 22 de diciembre 2023, 00:56

Hay personas a las que llegas gracias a otras personas que, convencidas de que debéis conoceros, ejercen de desinteresadas Celestinas de la amistad. Así, merced a la mediación de Enrique Jiménez y Pepe Villoslada, el pasado lunes quedé con Juan Ramón Olmos Vico en Las Tinajas, uno de los establecimientos míticos de la Granada gastronómica. Debíamos vernos a mediodía, pero le cambié súbitamente los planes y quiso la casualidad que el lunes por la noche hubiera tertulia. Eso me permitió ser testigo del derroche de respeto, cariño y afecto que despierta Juan Ramón en todo el mundo. Entre otros, en RicardoRodríguez, distribuidor de prensa. Un afecto que es mutuo. «Fue el primero que confió en Grupo Trevenque», dice con una mezcla de nostalgia y admiración.

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–¿Por qué Las Tinajas?

–Es uno de los clásicos de Granada. Aloja una de las tertulias más importantes de la ciudad en la que se invita a alguien para que dé una charla sobre algún tema de actualidad. A partir de ahí se abre el coloquio. Además, aquí hago almuerzos de trabajo con toda la tranquilidad, sabiendo que es acierto seguro. Me siento cómodo y relajado.

–¿Come o cena mucho fuera de casa?

–Por las noches procuro salir lo menos posible. Lo de hoy es una excepción. A mediodía sí me gusta ir a buenos restaurantes. Me gustan mucho establecimientos como Betula Nana, que me parece una maravilla. Y otros comoEl Conjuro o Atelier.

–Está usted en una forma envidiable. De hecho, quedó segundo clasificado en su categoría en el Circuito de Fondo de Diputación. ¿Cuida su alimentación?

–En realidad, hago deporte para comer y beber lo que quiera, sin preocuparme. (Risas). Cada seis meses me hago un chequeo y sale perfecto, así que a seguir disfrutando. Me encanta correr, la montaña y jugar al golf.

–Pero dulcero no es...

–Para nada. Pero de nunca, ojo. Me gustan los postres con nata porque me recuerdan a mi infancia, cuando hervíamos la leche y sacábamos la nata. Me la comía con azúcar. Por eso, cuando como ahora cuajada o algún postre así, va aparejado a un recuerdo de la niñez.

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–En su novela más reciente, 'El último regalo de aniversario', reflexiona sobre el pasado...

–Al narrador, Pajarillo, le puse el nombre por el que conocían a mi abuelo. El pueblo del que se habla es Cuevas del Campo, al que va volviendo alguna de la gente que se fue. Hay muy buenos servicios, bares, restaurantes, etc. Platos como la fritaílla o las gachas picantes, tan ricos, sólo se comen allí. En cuanto la gente sea consciente de lo bien que se vive y de lo bien que se puede trabajar en los pueblos, con la deslocalización y el teletrabajo, habrá retorno al mundo rural.

–Grupo Trevenque fue pionero en la prestación de servicios informáticos, precisamente...

–Sí. Y ahora estamos en 18 países y prestamos servicio en sectores como el de la Dependencia, con contratos con el Ayuntamiento de Barcelona o la Diputación de Sevilla, entre otros. Trabajamos con el sector editorial, tanto en librerías como distribuidoras y editoriales y tenemos el Data Center más grande de Andalucía, entre los 'neutros'.

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–¿Ha escrito desde siempre?

–Sí. Pero ahora tengo más tiempo. El protagonista de 'El último regalo de aniversario', en el que aparecen escenarios tan reconocibles como el Mirador de San Nicolás, es un cocinero de hotel. Homenajeo a mi amigo Gregorio Gálvez Mercado y a otro amigo de los fogones. Trabajé un tiempo en el Meliá de Sierra Nevada y compartí experiencias con ellos.

–¿Y la langosta Thermidor, que tan importante papel tiene?

–Un homenaje a mi mujer, Monserrat, que la borda. Para la otra receta en la que cambio un faisán por pollo de corral me documenté a través de internet.

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–¿Y 'Reflejo condicionado'?

–Es mi primera novela, que llevaba tiempo descatalogada y he aprovechado para reeditar. Es policíaca y los protagonistas son un psiquiatra, una jueza, un catedrático de Historia y un profesor de Informática. Se refleja el ambiente de los bares de Bib-Rambla y hay un sitio parecido al Kudamm.

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