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La malagueña junto a una de sus creaciones en su obrador situado en la Axarquía. i
La heladera de ciencias que crea sabores de autor en Granada

La heladera de ciencias que crea sabores de autor en Granada

Con nombre propio | Inés Arias ·

Aunque estudió Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones no encontró su verdadera pasión hasta que comenzó a preparar helados

alberto flores

Viernes, 9 de abril 2021, 02:11

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Con la llegada del buen tiempo nuestras costumbres culinarias cambian. La olla pierde presencia en favor del gazpacho o el salmorejo y los chiringuitos lucen cada vez más llenos con el paso de los días. Pero si hay algo que caracteriza la primavera y las tardes con el aumento de las horas de sol eso son los helados. Un alimento dulce hecho generalmente con leche o zumo de frutas según la RAE que en realidad es mucho más que eso. Al menos en Granada, donde la primavera provoca la apertura de la mayoría de heladerías y forma colas de personas que buscan disfrutar de sus sabores favoritos. Chocolate, nata, café, pistacho, vainilla… Y detrás de muchos de ellos siempre suele haber un experto heladero.

Es el caso de Inés Arias, una artesana especializada en crear helados de autor que realiza sus elaboraciones cada día con el mayor mimo posible en la Axarquía, en Málaga, para surtir a restaurantes y a la heladería de su cuñado en Granada: Marconata. Un establecimiento que abrió en plena pandemia cerca de la estación de autobuses y que pese a la competencia existente y a abrir sus puertas en una época complicada, ha conseguido hacerse un hueco en la ciudad, algo que se debe a los productos que elabora Inés. «Para hacer un helado hay que conocer al detalle cada ingrediente que lo va a componer y analizarlo. Para ello he creado mi propia base de datos», cuenta la heladera.

Helados artesanales

Aunque se define como «una chica de ciencias» y completó la carrera de Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones, desde pequeña lo que realmente llamaba su atención era la gastronomía. «Cuando me pedían que hiciera dibujos siempre pintaba cocineros y recuerdo que me llamaban la atención los libros de repostería de mi madre», rememora la malagueña. Sin embargo, no sería hasta pasar un curso en la universidad cuando realmente se decidiría a dedicar su vida a los helados. «Me di cuenta de que no me gustaba lo que estaba estudiando ni sus salidas. Conocí a un grupo de heladeros en Málaga y ahí empecé a adentrarme en los obradores, algo que me fascinó ». Y, desde entonces, prácticamente no ha pasado un día de su vida sin hacer helados.

«Decidí formarme con un maestro italiano y a partir de ahí mi formación ha sido continua y diaria porque soy una persona bastante curiosa y siempre me gusta innovar». Con poco más de 20 años montó su primera heladería, a la que siguió un segundo local y un restaurante de comida italiana. Aunque tras ser madre decidió centrarse exclusivamente en su obrador, que realmente es lo que le apasiona y le permite desarrollar su creatividad. «Viajo todos los años a Italia en busca de las mejores materias primas, maquinaria, ingredientes… Además de para la heladería de Granada, trabajo para restaurantes, que es lo que me permite innovar y crear nuevos sabores». Un trabajo, el de colaborar con grandes chefs, que lleva haciendo unos 15 años. «Lo de trabajar con restaurantes comenzó porque un chico joven que era chef montó un restaurante cerca de mi heladería y me pedía helados para sus platos», lo que le llevó a crear un helado de mostaza a la pimienta verde para acompañar a un tartar de salmón y sirvió como empujón para seguir buscando nuevas creaciones. «Hay recetas que me pueden llevar un día y otras que me han llevado meses. Solo fabrico bajo pedido, nunca por adelantado». Una forma de trabajar que no piensa cambiar y que es su principal seña de identidad. «Mi capacidad de producción es limitada y quiero que siga siendo así, totalmente artesanal, aunque tenga que decir muchas veces que no a clientes porque no puedo hacer más», asegura.

Cada fin de semana cambia la Axarquía de Málaga por Granada para visitar a su familia y ver cómo evoluciona Marconata. «La acogida ha sido muy buena y ya nos conocen en muchos pueblos de alrededor». Algo que han conseguido gracias a sabores como el que da nombre al establecimiento: un helado de nata con almendra garrapiñada y chocolate. Helados de autor de los que resulta imposible no enamorarse tras el primer bocado.

De Málaga a Granada

Aunque su obrador se encuentra en la Axarquí, Inés vende sus creaciones en Marconata, la heladería de su cuñado en Granada. Ha colaborado con el departamento de I+D de la mayor empresa heladera de Italia y desde 2015 trabaja con el grupo Dani García.

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