«La IA no suplirá la faceta creativa de la gastronomía»

Cuando quedamos para esta charla, Natalia Díaz acaba de estar en la Feria del Jamón y los Embutidos de Serón, de donde viene encantada. En primavera estuvo disfrutando de la Feria de Córdoba y, por supuesto, de la de Granada. Le gusta disfrutar de la gastronomía, las fiestas y la cultura popular, que prosiguen este mes con las fiestas de Cáñar, su pueblo, en la Alpujarra. Están dedicadas a Santa Ana y se celebran el 24, 25 y 26 de julio. Le propuse quedar en Tumanto, un gastrobar nuevo del que me habían hablado muy bien y tenía ganas de conocer. Me dio el OK (casi) sobre la marcha.

–¿Qué le parece el Tumanto?

–Me encanta. No lo conocía y me gusta mucho, efectivamente. La calificación que tiene en Google, 4,7 sobre 5, está más que justificada. ¡Volveré!

–¡Hizo usted los deberes!

–(Risas) Sí. Soy Local Guide en Google y me fío mucho de sus calificaciones. Las consulto más que TripAdvisor. Tengo muchos sitios clasificados y reseñados. (En ese momento me enseña un mapa interactivo en su móvil con decenas de marcas: los pendientes de visitar, los ya visitados y aquellos que le han gustado tanto que piensa repetir).Me gusta dar feedback positivo o, en su caso, algún consejo para mejorar. Pero estos, en privado.

–Es usted toda una referencia...

–Tengo hecha una lista con los bares y restaurantes de Granada que recomiendo a mis amigos de fuera, cuando vienen, si no puedo acompañarles.

–¿Nos dice algunos?

–Imprescindible, Bodegas Castañeda. Me encanta y voy mucho. Conocí a Pepe Torres el año pasado, comiendo cordero segureño en Óleum a raíz del primer TAI Granada de IDEAL. ¡Cómo estaba ese cordero! Me gustan clásicos como la Blanca Paloma. El Mentidero, los caracoles del Lechero y, por mi barrio, la Madraza con sus croquetones y La Recacha del Zaidín. ¡Y el jamón asado del Ávila! También los callos del Chache o el Delicias. ¡Los callos están infravalorados!

–Le gustan los buenos bares...

–Sí. Y no me importa estar de pie. Soy informática y me paso el día sentada, así que me encanta esa forma de tapear. Además, en Granada no estamos acostumbrados a reservar, aunque desde el covid ha cambiado todo y toca adaptarse al nuevo entorno. En lugares como estos siempre acabas encontrando tu hueco. De hecho, si se cabe a la primera, es una anomalía. (Risas).

–¿Y cómo se lo toman sus amigos que vienen del extranjero?

–Al principio les cuesta, pero les insisto en que el tapeo en Granada tiene que ser así, de pie. Se terminan convenciendo y se enganchan sin saber cómo.

–Después de vivir y trabajar en Finlandia, Suiza, Holanda, California y París, ¿qué tal la vuelta a Granada?

–Llevo dos años y estoy encantada. Si quieres hacer investigación fundamental en Inteligencia Artificial en Granada, en mi opinión, la UGR es el mejor sitio para ello y para tener flexibilidad. Y casi me atrevería decir que es el mejor sitio en toda Andalucía.

–¿No tenía miedo de que la ciudad se le quedara algo pequeña?

–Confieso que un poco sí, pero no ha sido así en absoluto. Granada ofrece un sinfín de posibilidades. Me gusta estar al día en lo que a actividad cultural se refiere y, junto a otros científicos, hemos creado un canal de Telegram para compartir información sobre actividades culturales, cineclub, exposiciones, festivales y eventos. Se llama Granada Activa y tiene 112 suscriptores.

–Y la Alpujarra le sigue enamorando...

–Sí. Fui al instituto en Órgiva, me encanta el ambiente multicultural de la localidad y que haya gente de todo el mundo. A los 'hueveros' les va la marcha.

–Le gustan a usted las fiestas populares y las ferias...

–He estado once años fuera y tengo que recuperar el tiempo perdido. (Risas). Tengo una amiga a la que también le encantan y lo pasamos muy bien.

–¿Cómo afectará la Inteligencia Artificial a la hostelería?

–Será de ayuda en las partes más repetitivas y tediosas, pero el factor humano seguirá siendo esencial. No veo en España a un robot sustituyendo la atención de los camareros ni la creatividad de los cocineros a la hora de pensar nuevos platos. Hubo un intento en IBM con Chef Watson, pero no tuvo mucho éxito.

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