Era lunes y, según los algoritmos, el día más triste del año. El famoso Blue Monday. Pero, al menos en Alomartes, de eso nada. En el restaurante Camino de la Huerta de Vicente Jiménez, reconocido como cocinero de la provincia en los Premios de Gastroturismo ... de IDEAL 2024, no se respiraba ni atisbo de pena, tristeza o melancolía. Muy al contrario, un cálido fuego calentaba la zona de restaurante y la de bar, para solaz de la clientela.
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Fuimos a probar el nuevo menú que protagoniza las ya populares, imprescindibles y necesarias IV Jornadas de la Trufa Negra de Camino de la Huerta, cita obligatoria que ningún aficionado a la buena gastronomía se debería perder. De hecho, si en Granada hubiera un carné por puntos para acreditar la condición de Gastronómada, esta convocatoria puntuaría muy alto.
Déjenme que empiece por la parte práctica. Si hoy es viernes 24 de enero, hoy acaban de empezar esas jornadas. Y se alargarán hasta el próximo día 23 de febrero. ¡Un mes para disfrutarlas! No hay excusa para no darse un salto al Poniente granadino. Y luego está el precio: 57 euros sin bebidas con una opción de maridaje por 25 euros. Les aseguro y doy fe de que el menú maridado vale infinitamente más de lo que cuesta.
Pero vamos al lío y comencemos con el primer trago, ese Vermú de Garaje blanco que tanto nos gusta, reconocido con 90 puntos en la exigente y prestigiosa Guía Peñín. El pan de masa madre y la mantequilla de trufa nos dan la bienvenida a un universo de sensaciones y placer sin límites.
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De inmediato, con un champán Louise Roederer de burbuja fina y sabor intenso, los tres aperitivos, empezando por el soberbio Pionono de foie gras y trufa, un trampantojo muy bien acabado que se disuelve en la boca, untuoso, cremoso y sabroso. Sigue la Croqueta de pollo rustido de boletus y trufa –¡si es usted tan croquetero como yo, lo único que lamentará es no poder comerse media docena– y un gran Tartar de salchichón Joselito y trufa.
Al pasar a los platos principales llegó un generoso de Jerez: Amontillado Fernando de Castilla, excelente, como la Patata, quisquilla, caviar baerii y trufa, seguida de ese producto de la huerta que da nombre a la casa: alcachofa a la brasa, atún rojo y trufa.
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Y, de repente, la sopa. ¡Y qué sopa! Bueno, más que sopa, Crema de cebolletas asadas, huevo poché, parmesano de 48 meses y trufa. Un plato que saca lo mejor de ese selecto producto que le sirve Trufas Alonso a Vicente, que con el huevo y el queso depara al comensal sus mejores propiedades. Y es que ya saben que la clave de la trufa es su capacidad para potenciar los sabores de los productos a los que acompaña. Para ello, la textura del huevo y el queso es la mejor aliada.
Decir que los Guisantes lágrima con jamón Joselito y trufa están para llorar de gusto es un recurso tan fácil como plenamente justificado. Cada guisante es una explosión de sabor en la boca. Lo de 'explosión' no necesariamente en sentido figurado, que ese crujir entre los dientes nos recuerda a los mismísimos Peta Zeta.
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Y ojo a la carne: Presa ibérica Joselito, foie asado, salsa de colmenillas y trufa. A estas alturas ya pasaba por las copas el Abadía de Retuerta tinto. ¡Y me dejé el Riesling Feinherb de Stephan Ehlen en el tintero! Y es que no se puede estar a todo, a setas y a Rólex… El remate dulce a la velada lo pone el Mascarpone, carrot cake trufado y cacao; una auténtica locura y 100% apta para celíacos, como el resto del menú.
Las catas del Kafka
A esto le tenemos que dedicar más tiempo y espacio, pero no me resisto a contarles que estuve en otra de las catas maridadas de La Taberna de Kafka y que, para variar, fue sabrosa, divertida e ilustrativa. E ilustrada. El cineasta ManuelSicilia hizo un repaso por algunas de sus películas y series protagonizadas por robots –o 'robores'– favoritas, el sumiller David Rodríguez las interpretó en clave vitivinícola y Javier Piña, tabernero y cocinero, las hizo carne. Y pescado. En 'sobrehúsa', por ejemplo. Un guiso de aprovechamiento a base de un sofrito de pimientos, cebolla, ajo y tomate al que se añade el pescado frito sobrante del día anterior. Una receta manuscrita de las primeras décadas del s XIX.
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Más platos: brandada de bacalao, 'Noodles White Dragon' en homenaje a 'Blade Runner' y pan bao relleno de carne de cerdo cocinada durante 8 horas. Como les digo, les dedicaremos un monográfico a estas catas que maridan vino, historia, cultura y las mejores viandas. Son un clásico de la Granada gastronómica más ilustrada y un rotundo éxito.
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