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El refectorio

Lomo doblado, de Casa Enrique

Sergio González Hueso

Granada

Viernes, 6 de mayo 2022, 00:12

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El bienestar se dibuja en el cuerpo igual que un mala corná. La sonrisita de escolta de Indiana; la postura de mariscal de campo; esa ... paz que nos recorre de Norte a Sur... manifestaciones que aparecen como un cortocircuito mientras uno ve ¡Qué verde era mi valle! o visita una barra con más años que Ablanedo II el día de la vaselina de Raúl. En Granada hace dos o tres meses (no le pidan rigor a mi corazón) volvió quizá la mejor de todas, la de Casa Enrique. Es de nogal y en sus ondulaciones he perdido el Norte con sus vinos, quesos o conservas. Y aún no lo he recobrado desde aquella vez, la última, en la que me crucé con su lomo doblado.

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