Destinos con sabor

Luis Oruezábal, de Chikito, siempre por Navidad

Pablo Amate

Jueves, 9 de enero 2025, 23:18

Me parece injusto, hasta insoportable, que haya pasado la aciaga fecha en que perdimos a otro gran mecenas por Granada. El gran jefe de cocina Toni Parra Villanova, en Instagran, ha sido el único en rememorar su recuerdo. Sucedió por las fechas navideñas de hace ... años. Propios de felicidad, comidas fraternales y familiares. Y fue en una cena de ese tipo, en su propia casa, con esposa y otra pareja de amigos. Hubo mala combustión de la chimenea que emitió esos gases malditos que se nos llevó, para mí, al amigo del alma, en el que podías confiar y que jamás traiciona. Siendo indiscutible su inmensa generosidad e inversión 'a fondo perdido' en promocionar en todos los sentidos y estelas del universo a Granada. No solo su restaurante, también toda la magia del Reino de Granada. Su barra acogía reuniones de todo tipo bajo el amparo de su hospitalidad y convidadas. ¿A cuánto habrá invitado en su establecimiento? Desde el tapeo a las comidas opíparas donde ciertos comensales salían ahítos de sus mesas, creyéndose dignos para ser invitados a todo. Luis lo hacía por su generosidad innata y por admirar a ciertas personas, dándoles felicidad con su gran cocina. De perfectas hechuras y con excelsa calidad en materias primas. Y además 'no cobrarles nada.

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Clásicos imperecederos

Sus actuales propietarios son los dos hijos varones, Diego y Daniel, que iniciaron lentamente sus pasos en la sala trabajando con su padre hasta que se nos fue. Han estado y están dando la talla al máximo nivel. Se han volcado en cuerpo y alma, respetando las directrices de éxito marcadas por su padre Luis. Entre ellas, sus guisos de cuchara que, tras mantener una de nuestras charlas, Antonio Torres bordó y ahí siguen. Como su rabo de toro, bacalao, etcétera.

Los grandes siguen yendo

La lista es tan inmensa y gloriosa como la colección de fotos que cubren sus paredes. No las puso por vanidad. Él no llamaba al periódico cuando tenía famosos, como otros. Siempre había ilustres en sus mesas. Yo he comido allí con ministros, diplomáticos, grandes de España y artistas de todas las disciplinas. Entre otros muchos de las artes y las ciencias, sus queridos compañeros del Granada CF. Yo le llevé a los grandes cocineros del momento: Arzak, Subijana, El Bulli, etc. Y como anécdota de su compromiso por Granada, al no haber sido inoculado con el virus de la 'malafolla', prefirió perder mesas del negocio, gastarse un dineral y crear el Rincón de Federico. Gracias querido amigo Toni Parra, el que sí puede llamarse chef, por el único recuerdo a una de las mejores personas que vivió y quiso tanto a Granada. ¿Para cuando una calle, una placa, un detalle? Cuídense.

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