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esperanza peláez
Viernes, 20 de noviembre 2020, 01:52
El maíz tiene casi la misma edad que el trigo. Hace 10.000 años, ambos cereales inauguraron la agricultura uno a cada lado del Atlántico, pero los amerindios tuvieron que desplegar más destreza para llegar de las diminutas mazorcas del teosinte, su antecesor silvestre, a las grandes y lustrosas del Zea mays o maíz doméstico, que tanto provecho han dado a la humanidad, especialmente en América.
De allí llegó el maíz a la Península Ibérica, y, dado que no era panificable por carecer de gluten, empezó a plantarse como alimento para ganado, pero el hecho de que la planta fuera tan productiva incluso en parcelas muy pequeñas o difíciles para otros cultivos, y de que tributase menos que el trigo, llevó a que en muchos minifundios de la cornisa cantábrica se dedicara a la alimentación humana.
Fue utilizado en forma de harina para mezclar con la de trigo en panes o tortas (talos vascos, tortos asturianos), que en años de carestía (esto sucedió sobre todo en Asturias) ocasionaron brotes de pelagra, enfermedad causada por el déficit de vitamina B3. El procedimiento de la nixtamalización (cocción en agua con cenizas o cal) inventado en la América precolombina, además de favorecer la cohesión en el amasado, desarrollaba esta vitamina.
En todo caso, el maíz es un alimento delicioso y versátil. Las variedades más ricas en almidón se transforman en harina y sémola (tortillas, polentas...); el salvado, para destilar alcoholes; las variedades más proteicas para palomitas, mientras que el maíz aún tierno, con los azúcares sin transformar en almidón, da juego para preparar cremas y pasteles además ensaladas o asados.
Desde hace décadas se mantiene una polémica por el avance del maíz transgénico frente a las variedades antiguas autóctonas. Algunos países han sido muy combativon con los transgénicos en su territorio, pero la mayor parte del que comemos hoy lo es.
Ingredientes: 300 g de maíz dulce, 1/4 kg de mejillones, 4 vieiras, 1/4 kg de gambas, 300 g de setas de temporada, 200 ml de nata, agua, sal, pimienta. Abrir los mejillones con un poco de agua y reservarla. Pelar las gambas, reservar los cuerpos y cocer las cabezas. Unir al agua de mejillones. Filtrar el caldo, añadir la nata y el maíz y cocer 15 min. Triturar y filtrar. Poner de nuevo al fuego, salpimentar. Saltear las setas, las gambas y vieiras y añadir al caldo con los mejillones.
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