PedroMartí habla en El Bar de Eric de su novela, 'La mala hija', durante Granada Noir. Gustavo Bernal
Una Alhambra con | Pedro Martí, escritor

«Una mala decisión en la adolescencia puede ser decisiva»

Es de Almansa y vive y trabaja en Murcia. Ha agotado seis ediciones de su novela y cuenta con una legión creciente de seguidores aficionados a la literatura policial

Jesús Lens

Granada

Viernes, 7 de noviembre 2025, 00:05

Pedro Martí es el secreto mejor guardado del noir español contemporáneo. Su novela 'La mala hija', toda un 'Twin Peaks' a la española, está arrasando. ... Conversamos con él en El Bar de Eric tras su presentación en Granada Noir.

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–¿Qué nos cuenta 'La mala hija?

–La historia de Belén Villalba: una chica de dieciséis años, aparentemente una hija perfecta, que desaparece una fría noche de invierno en Almansa. Cuando la capitán de la UCO, Alma Ortega, vuelve a Almansa para enfrentarse al caso y a los demonios de su convulso pasado, se da cuenta de todo el mundo en el entorno de la chica le oculta información. Sí, es un thriller, y sí, tiene muerte, violencia, capítulos cortos, acción, diálogos y giros, muchos giros; no lo niego, y me declaro culpable de todos los cargos; pero es sobre todo una historia de seres humanos, una historia sobre la maldad, que nace donde y cuando menos lo esperas. Y sobre el amor, al que le ocurre exactamente igual.

–La novela ha agotado ya seis ¿Cómo se vive eso?

–Está siendo un sueño hecho realidad. No voy a pecar de falsa humildad porque la detesto. Además, soy un tipo optimista por naturaleza y quizás por eso pensaba que la novela podía funcionar, que podía caerle en gracia a los lectores. Pero de ahí a imaginar que iba a estar en boca de todos, que me iban a llegar una decena de mensajes diarios agradeciéndome haberla escrito, que las reseñas positivas llegarían a cientos, que saldría recomendada en la televisión y que, sobre todo, alcanzaría seis ediciones en tan poco tiempo… no, eso no me lo esperaba.

–¿Existen el garito que nombra al principio y es real la Puri?

–Tan real como la vida misma. Necesitaba una camarera dicharachera, graciosa y empática para ponerle los cafés a mi protagonista y tras mucho darle vueltas me dije: «pero si es que estoy definiendo a la Puri». Le pedí permiso y me dio su bendición para utilizarla en la historia. Yo trato de devolverle el favor dándole mi bendición para que firme con total libertad cualquier ejemplar de 'La mala hija' que llegue a su bar. Otra de las cosas que me parecen increíbles es que haya lectores viajando a Almansa a conocer los escenarios… ¡Y a la propia Puri! Si os pasáis a saludarla, probad su tortilla de patatas, por favor.

–¿Por qué, Almansa?

–Escribir una novela ambientada en mi hogar es algo que, desde que me dedico a escribir, siempre me había hecho bastante ilusión. Los pueblos de Castilla La-Mancha no se han utilizado en la novela negra como escenarios tanto como el norte, la costa, las islas o las grandes ciudades de España, y creo que es un terreno muy particular, muy marrón, sí, y muy llano, pero muy explotable literariamente, y me venía de perlas como escenario para situar allí mi rural noir, esa historia de ambiente opresivo en la que multitud de personajes de diferentes estratos sociales fuesen los potenciales culpables de un crimen. Almansa tiene además la industria del calzado, el frío mesetario, los viñedos o su precioso castillo… Elementos perfectos para hacer de ella un personaje más de la novela.

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–¿Le preocupa la cuestión del acoso y la violencia juvenil?

–Sí, me preocupa cuando leo esas noticias, como la que se vivió en Granada hace unos días, en las que, de pronto y sin previo aviso, un chaval apuñala a otro. Creo que, en general, la sociedad es cada vez más empática y los niños son el reflejo de ello. Firmemente lo creo, pero también creo que falta mucho trabajo por hacer. El hecho de que la adolescencia tenga tanto peso en 'La mala hija' se debe a que es un periodo de nuestras vidas que me interesa especialmente. Me parece que a menudo no nos tomamos en serio a los jóvenes únicamente porque todavía no tienen los dieciocho, pero muchos son muy maduros, y muy brillantes, y tienen mucho que decir. Es una época en la que se comienza a conformar la personalidad que tendremos como adultos, y en la que una mala decisión, una carencia de cariño o de atención, puede resultar decisiva a la larga.

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