Mi médico no sabe de dieta sin gluten

Cuando leo ciertas noticias me acuerdo de Andrés Aberasturi diciendo aquello de «¡Santo Dios, válgame el cielo!». Remarque la ese al pronunciarlo, como si se escapara entre los dientes, use un tono grave y obtendrá la peculiar sonoridad de la voz del popular periodista. Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) concluye que el 96% del personal sanitario reconoce que necesita formación sobre la dieta sin gluten. No son uno ni dos. ¡El 96% de los médicos no sabe lo necesario sobre un problema de salud que afecta a más del 1% de sus pacientes! Antes de seguir adelante imagínese otra vez a Andrés Aberasturi diciendo lo del cielo...

El único tratamiento que existe para las personas con celiaquía consiste en evitar el consumo de gluten. No disponen de más terapia, si quieren evitar las consecuencias de su ingesta, que no son pocas ni fáciles. La lista incluye dolor abdominal, diarrea, fatiga, jaqueca, mareos, eccemas y ampollas, náuseas y vómitos, daño intestinal... El grupo de investigación 'Gluten: salud, seguridad y sociedad' que dirige la profesora Edurne Simón ha realizado un amplio estudio entre pacientes y profesionales sanitarios que concluye que la falta de tiempo y formación del personal sanitario son las principales causas de la desatención que sufren los pacientes españoles. Que el trabajo se ha realizado a nivel nacional.

El suspenso no es sólo para Osakidetza, sino para el conjunto de la sanidad española. El estudio no se ha limitado al ámbito del País Vasco, sino que se ha realizado en las 17 autonomías. Este hecho no debería servir a nadie como justificación, sino para reconocer los errores propios y enmendarlos. La falta de conocimiento entre médicos y enfermería es de tal calibre que los afectados se ven obligados «a recurrir a internet y a asociaciones especializadas» para aclarar sus dudas alimentarias, que no suelen ser pocas.

Falta «educación nutricional y también una mejor atención a las personas celiacas», confirma la responsable del trabajo, miembro del área de Nutrición del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos de la Universidad pública vasca. La diferencia para un celiaco de comer o no gluten va más allá de una mera indisposición momentánea. «La celiaquía pueden llegar a derivar en un cáncer intestinal o en la infertilidad». Está todo dicho.

Las mayores carencias, para colmo se dan entre el personal médico, que no sólo reconoce que le gustaría poder dedicar más tiempo a sus pacientes, sino que también necesita más formación sobre la dieta sin gluten. «El personal sanitario es consciente de las lagunas que tiene. Son conscientes de que están asesorando sobre cuestiones que no dominan y tampoco disponen de tiempo para analizar si el paciente está cumpliendo la dieta», afirma la investigadora de la UPV/EHU.

Así que, según la información facilitada por distintas asociaciones de médicos de primaria de España, un facultativo de cabecera, que están saturadísimos de trabajo, puede ver entre 30 y 35 pacientes al día. Según este dato, Al menos, uno de cada tres días pasará a su consulta un paciente con celiaquía, que no será debidamente atendido.

¿En que fallan los médicos? El 15% sólo conoce tres o menos puntos críticos en los que puede darse la contaminación o contacto cruzado, es decir, que un producto sin gluten se contamine por estar en contacto con otro que lo tiene o un utensilio utilizado en su manejo. El 70% cree erróneamente que la declaración de trazas de gluten en el empaquetado es obligatoria. «Si instruyen mal, existe el riesgo de que el paciente ingiera comida con gluten con total tranquilidad», advierten. Total, que hay margen de mejora y el asunto no es baladí. ¡Aay, santo Dios...! Feliz semana.

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