La mítica Casa Enrique abre de nuevo sus puertas

Toc, toc, toc. Corrían las diez de la noche del lunes cuando Luis Alberto Montes Salas y David Gómez Juárez tocaban a la puerta de Casa Enrique, una de las tabernas míticas de Granada, posiblemente la más antigua de las que siguen en activo, fundada en 1870, como reza en una placa de latón fijada sobre la fachada.

Abre la puerta el mismísimo Enrique Martínez Baena, propietario de El Elefante, como popularmente se conoce al local entre los granadinos. Tras el saludo, sincero y afectuoso más que puramente protocolario, los tres protagonizaron un bonito ritual, cargado de simbología: Enrique se quitó su delantal y se lo cedió a los nuevos dueños de Casa Enrique, que se lo enfundaron con el mismo respeto reverencial con que el líder del Tour de Francia se ciñe el maillot amarillo.

Un gran abrazo entre los tres rubricó un traspaso que es más, mucho más que una mera transacción comercial. Acompañados de amigos y clientes de toda la vida, Enrique, Luis Alberto y David les invitaron a cruzar el umbral de Casa Enrique para compartir una cerveza, un vermú o una copa de vino, acompañados de las viandas propias del momento, con Belén tras la barra, armada de una gran sonrisa.

Con experiencia acreditada en el negocio, que su Taberna Los Luises es una de las mejores de Granada, Luis Alberto y David asumen el reto de reabrir El Elefante, memoria viva de la hostelería granadina con historia y raíces.

Sostenía Lampedusa en 'El Gatopardo' que es necesario que todo cambie para que todo siga igual. ¿Qué hay de nuevo y de viejo en Casa Enrique? Toca ir a descubrirlo en primera persona, a beberlo, a vivirlo y, por supuesto, a contarlo.

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