Con Tartas Cristina

Los momentos dulces de Ana Sánchez

Ana Sánchez, presidenta y fundadora de Fundación Calor y Café, una ong que atiende a más de 200 personas al día en Granada y proyectos de cooperación en Kenia

Jesús Lens

Viernes, 28 de noviembre 2025, 00:06

Conversar con Ana Sánchez, presidenta y fundadora de Fundación Calor y Café; transmite calidez, paz y sosiego. «Es un sitio donde lo primero que hacemos ... es dar calor y luego café, que también es importante. Un espacio abierto a personas de la calle que, muchas veces, vienen con estigmas. Hay que acogerlos, tocarlos, escucharlos… y brindarles un reconfortante café. Con nosotros encuentran servicios de ducha, ropero y correspondencia, se les posibilita estar en contacto con sus familias, gestionar papeles, etc. Atendemos a más de 200 personas al día. El viernes hacemos reparto de alimentos y gestionamos dos pisos distintos, uno para madres con hijos y otro para hombres».

'Calor y Café' nació hace 43 años. «La pregunta era qué podía pasar a través del amor y hemos comprobado que surgen milagros todos los días», cuenta Ana Sánchez, que para disfrutar de este momento dulce con Tartas Cristina, una de las empresas que con más ahínco colabora con la Fundación, elige una Pavlova, a base de merengue. Se originó en Australia o Nueva Zelanda a principios del siglo XX y debe su nombre a la bailarina rusa Anna Pavlova. Tiene forma de pastel circular de merengue horneado con una corteza crujiente y un interior suave y ligero. Se cubre con fruta y nata montada.

«Una tarta maravillosa», dice Ana, clienta habitual de Tartas Cristina, una empresa a la que admira por la cantidad de mujeres que tiene en plantilla y por la minuciosidad con que trabajan. Por ejemplo, por su compromiso con las personas que no pueden tomar gluten. «Trabajan con mucho amor y les sale todo riquísimo, como esas Lágrimas de Boabdil», concluye.

Los momentos dulces de Ana están relacionados con su familia, con sus hijos y nietos. Y con una fecha muy especial: el 1 de mayo en que se reúnen todos para recordar la prematura muerte de uno de sus vástagos, con sólo 27 años. Y es que no ha sido fácil la vida de Ana. «Con 33 años me diagnosticaron cáncer en fase terminal. Fue cuando fundé 'Calor y Café', que siempre me ha gustado la dedicación por los demás». Y hasta ahora. «Además de ser madre y abuela, es lo que le da sentido a la vida, algo maravilloso».

En febrero cumplirá 76 años y no piensa en la jubilación. Se enternece más aún al hablar de los proyectos de cooperación que tienen en Kenia: agua, educación y sanidad. «Conocer aquella realidad me cambió la vida. Me hizo ser consciente de que no hace falta tanto para ser feliz».

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