Día mundial del desayuno
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Pablo amate
Jueves, 11 de febrero 2021, 23:28
Cada jornada del año se aplica y tribuye a una causa. Hoy es a «la comida más importante del día». Hay cuatro tipos de desayunos. ... Mejor dicho, había. El casero y/o familiar. De bares y cafeterías. Hoteles de lujo, con carta y servicio a la mesa y los coloridos bufés.
En muchas zonas, se cambia el madrugar, por un «café bebío». En España hay regiones que alivia la frugalidad matinal con un «almuerzo» o bocadillo entre 10 y 11 de la mañana. Aquí, no somos mucho de levantarnos un par de horas antes para cocinar. Recuerdo mi «colacao» infantil y el crujiente bocadillo que comía en el recreo. En cierto ámbito laborar goza del famoso bocadillo. Un bollo entero relleno, que daba arrojos al trabajo físico. He compartido desde Figueras hasta el Levante almeriense y tierras adentro, ver meterse entre pecho y espalda a empleados bancarios, secretarias de dirección elegantes, junto a su director superior, a eso de las 10 AM, una cuña de tortilla de patatas, tostada de sobrasada, una caña de cerveza y un café con leche para rematar.
Civilizaciones y culturas diferentes se daban cita en cientos de mostradores de bares de lo más variados antes del Covid 19. Sobre todo en barrios vernáculos hispalenses, donde era fiesta cada amanecer. Manteca colorá, blanca, sobrasada, zurrapas o jamón, son símbolos cristianos. Que se codean con los aceites de oliva virgen extra, antes a granel, de origen fenicio, griego, romano y musulmán. Los hebreos con quesos blandos o duros, yogur, huevos duros o tortillas, escabeche, arenques, una variedad de panes, zumo de naranja natural y café.
La Fundación Española de la Nutrición, que preside por el miembro de la Real Academia de Gastronomía, hijo de dos eminentes catedráticos, de los que tuve el honor de aprender, es Gregorio Varela Moreiras. Su equipo ha realizado una encuesta sobre los cambios en los hábitos de desayuno por la COVID. El confinamiento, restricciones de movilidad y/o los cambios en la situación económica y social, comparados con resultados anteriores.
Los buenos y grandes hoteles siempre han servido los desayunos en mesa. Un asistencia personal. Se ofrece surtida carta de salados, tortillas, calientes, fríos o dulces. Junto a otra de bebidas, donde no falta un buen champán francés. Ya les contaré los vividos en Paris, Tokio, Washington, y resto del mundo. Este tipo de comida matinal es muy aburrida para los menores. Por eso prefieren, el por ahora prohibido bufé. Poder escoger a su gusto, no solo es cosas de niños. El turismo de bajo poder económico puede pasar horas comiendo de todo en el desayuno. No comen al medio día y se volvían atiborrar en la cena, también bufé del «todo incluido». Confió que vuelva el bufé. Solo por los niños. Cuídense.
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