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Jesús Lens
Granada
Viernes, 17 de febrero 2023, 00:20
Ha hecho una fugaz visita a Granada con motivo de su participación en Gravite, el festival dedicado a la tercera cultura que patrocina CaixaBank. Es el 14 de febrero y habló de amor, desamor y creatividad en el Seda Club Hotel que precisamente ese día abría sus puertas, convirtiéndose en una de sus primeras huéspedes. Aprovechamos para conversar con la complicidad del metre del restaurante, Daniel Castro. Marta Robles está encantada con el escenario de esta conversación, que una horas más tarde acogería la presentación de su libro más reciente, 'Lo que la primavera hace con los cerezos', un monumental ensayo publicado por Espasa y subtitulado como 'Historias de amor y desamor de grandes creadores'.
–¿Aparece alguna historia relacionada con la gastronomía?
–Hay mucho alcohol. Sobre todo en relación a esos autores de género negro que tanto nos gustan, como Raymond Chandler, Patricia Highsmith o Dashiell Hammett, que podría haber titulado 'El alcohol maltés' su novela más famosa. (Risas). El alcohol, el amor y la creación siempre han estado muy relacionados: si cuando surge la chispa del amor se bebe, con el desamor se bebe aún más. El alcohol exacerba los sentidos: si estás bien, te encontrarás mejor, pero como estés mal, te hará estar peor aún.
–¿Le pregunto por 'Arde este libro', de Fernando Marías?
–Un libro extraordinario en el que hay mucho dolor, amor, culpa, pérdida, desamor y creación. Podría haber formado parte de este ensayo, pero solo he escrito de creadores muertos y nuestro querido Fernando está muy vivo para mí y siempre lo estará. Hablé mucho de este libro con él. Estaba muy ilusionado. Por eso se lo he dedicado, junto a Palmira Márquez y Miguel Munárriz. Porque son personas que hacen lo que la primavera hace con los cerezos.
–Sí ha escrito de un cocinero...
–¡En el capítulo de escritores asesinos! Nancy Crampton era una autora de novelas de misterio que escribió 'Cómo matar a tu marido' y optó por llevar la teoría a la práctica y matar a su esposo, un reputado chef que daba clases en el Instituto Culinario de Oregón...
–¿Sería por su mala cocina?
–¡A saber! Era un tipo muy sencillo que acuñó frases memorables como la de que «todas las setas se pueden comer al menos una vez» o «puedes curar fácilmente a un pollo enfermo utilizando una pala». ¡Puro humor negro!
–¿Es usted 'cocinicas'?
–Sí. Y tengo buena mano. La cocina es pura alquimia y cuando eres creativo en una faceta de tu vida, lo eres en las demás. La creatividad va asociada a contar el mundo, a expresarse y también nos expresamos en la cocina. Cuando escribes mezclas muchas cosas, entre ellas, los sentimientos. Cocinar es parecido: mezclas diferentes ingredientes y consigues algo nuevo al final. Como decía, pura alquimia.
–¿Algún mentor en cocina?
–La madre de una amiga, también llamada Marta, que la mía no ejercía de 'cocinillas'. Era una exbailarina gallega que cocinaba como los ángeles. Con ella aprendí a hacer el caldo gallego, pescados al horno... Empecé a retarme y aquí estamos. Me gusta cocinar más para ocasiones especiales. Decidir qué hacer todos los días, uno detrás de otro, es muy sufrido. Por eso, aunque no soy muy dulcera, me encanta la repostería. O platos como la paella (también hago arroz con cosas) o un buen solomillo. Ahora estoy entregada a las palmeritas y hojaldres.
–¿La han tentado de Masterchef?
–¡Varias veces! Pero me niego en rotundo. A mí me gusta cocinar para ser feliz y disfrutar. Cocinar despacio, con un buen vino, con calma. Nada de sufrir.
–¿Nos recomienda algún establecimiento de Madrid?
–Lhardy y sus cocidos y el Bar Manero, con su música y su decoración. En mi libro 'Madrid me Marta' incluía varios bares y cafés.
–¿Alguno de Granada?
–Me encantó Ruta del Azafrán, con sus vistas a la Alhambra y su pastela moruna. Prepararon una tapa especial para uno de mis libros policíacos en Granada Noir.
–¿Tendremos nueva novela protagonizada por Roures?
–¡Sí! Solo puedo contar que recorrerá diversos lugares de España, arrancará en Asturias... y no empezará bien.
Un ingrediente. Sal y especias
Un plato de la infancia. Tortilla de patatas
Una tapa para abrir boca. La gilda
Una cocina internacional. Japonesa, francesa y rusa
Dulce favorito. Tarta de manzana y 'chuches'
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