Nochebuena, de una estrella

Opinar es libre

Siempre, pero no dogmatizar y decir sandeces. Sentenciando, careciendo de información adecuada. En todos los medios el tema «estrella» es la cena familiar, con el número contado de comensales. Por eso les entretengo con chismes, de los gordos. Vienen a mi memoria lo que tuvo que disfrutar el subdirector de este, su periódico, Quico Chirino, cuando hace un par de meses hizo una entrevista, a Pepe Pedraza, cocinero y copropietario de la Ruta del Veleta. Fue doble página. Explicaba el señor Pedraza que las estrellas Michelín había intereses políticos y económicos.

Todo a medias

En el fondo tenía razón. Pues esos dos conceptos lo han intentado en muchas ocasiones. Hay un caso cercano que tras pagar una gala de los Big Gourmant Michelin, que es la categoría más inferior, con dinero público. Daba la casualidad que en la ciudad donde se celebró no tenia, ni siquiera uno de «esos» locales. En la siguiente edición se corrigió, pero la fiesta ya fue en otra ciudad. El ridículo fue espantoso. Los inspectores Michelín son serios profesionales. Nobleza obliga. Hacer una guía honesta es muy caro. Y el prestigio que tiene este vademécum no se lo puede jugar. Por eso pusieron en la calle ipso facto a su directora comercial (la que vende, no la que valora los restaurantes). Motivos que me reservo para otra ocasión.

¿La estrella llena a todos?

¿Si Granada tuviera una estrella, creen que llenarían todos los restaurantes?. ¿Y para júbilo de alguno, el cliente no tomaría tapas?. Esta ciudad es como una familia aristócrata, que vive de los recuerdos y el pasado. Pero no sabe evolucionar. No a la «cocina fantasía». Hay que diferenciarse por sus productos singulares. Estoy de atún y sushi hasta el gorro. No copien, investiguen de verdad. Sin ser rancios, pero coherentes con nuestra variada orografía. Hay quien sigue pensando en el «lenguado al champán». Yo traje al curso del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, por primera vez a los jefes verdaderos de la guía. Y lo contaron todo. Siempre la culpa la tienen otros. Cuídense.