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Tras la Navidad, el cuerpo pide una tregua y nos exige que cuidemos la alimentación. Freepik

Año nuevo: alimentación más sana y natural

Propósitos para el Nuevo Año ·

En plena cuesta de enero, hay que depurar el cuerpo de los excesos navideños. Estamos en el mes por excelencia de las dietas detox

jesús lens

Viernes, 10 de enero 2020, 09:42

Más allá de la ajustada formación de gobierno, que ha cosechado opiniones para todos los gustos, las palabras que más se escuchan estos días en las calles y en las barras de los bares son de carácter deportivo. Por ejemplo: mallas, gimnasio, andar, correr o zapatillas.

La gastronomía también ocupa muchas conversaciones, aunque en un formato diferente al habitual. De lo que más se habla una vez pasada la Navidad es de dietas, lechuga, ensaladas, sopas y el término de moda: detox.

Porque no se trata, únicamente, de tratar de sacar de la cintura los kilos de más cosechados por tanta comilona y celebración. La cosa nutricional va más allá y nos invita y anima a depurar el cuerpo de toxinas, a aligerarlo de la carga de grasas, dulces y cadmio con que lo hemos sobrecargado en el último mes.

Es momento, pues, de darle una tregua al cuerpo. De mimarlo y cuidarlo al margen de sus apetencias más inmediatas. ¡Y cuesta! Vaya si cuesta reducir la ingesta de calorías. Pero hace falta y es necesario.

La buena noticia es que, gracias a las recetas de algunos de los mejores cocineros de Granada, podremos disfrutar de platos naturales, sanos y bajos en calorías a la vez que sabrosos, vistosos y exquisitos. Porque para hacer una dieta depurativa no es necesario sufrir. Al menos, no demasiado.

Así lo señala José Caracuel, el chef de Casa Piolas, en Algarinejo: «Creo que, con imaginación se puede disfrutar de una dieta rica, sana y variada». De la misma opinión es Rafael Arroyo, cocinero de El Claustro, en el hotel Santa Paula: «Se puede hacer una dieta detox sin sufrir. Es cuestión de echarle imaginación a la cocina y de tocar el producto lo menos posible».

Un aspecto en el que incide Esaú Hita, cocinero del restaurante del Alhambra Palace, quien también nos invita «a ser imaginativos a la hora de decidir los platos y a elegir bien los productos, cuidando la forma de elaborarlos».

¿Notan nuestros cocineros cambios a la hora de la elección de platos por parte de los comensales en estas fechas? Rafael Arroyo y José Caracuel no lo perciben: los clientes quieren disfrutar de una experiencia gastronómica y no se detienen tanto en la parte calorífica. Eso sí, los menús de los restaurantes cada vez están más compensados en calorías y los clientes, en general, lo valoran bien.

Esaú Hita sí percibe que el público tiende a pedir platos menos copiosos en estas fechas e insiste en la misma cuestión: el cambio de hábitos gastronómicos hacia una cocina, en general, más saludable.

Propósitos de año nuevo

Lo primero y más importante es no obsesionarse con bajar muchos kilos de forma muy rápida. Tomar atajos es la vía más segura para estrellarse con los buenos propósitos para el nuevo año. Marcarse unos objetivos creíbles y razonables es el primer peldaño hacia el éxito.

Pasar un hambre canina tampoco soluciona nada. Más pronto que tarde cederemos a la tentación y recuperaremos en un pispás lo poco que hayamos perdido previamente. Es importante aprovechar los propósitos de año nuevo para tratar de cambiar de hábitos alimenticios poco a poco, incluyendo más verduras, frutas y legumbres y reduciendo los alimentos más grasos y calóricos. De nada sirve no comer nada durante la tarde y después, para cenar, entregarse a los embutidos o a los quesos más añejos. Para darse el gusto de vez en cuando, nada como una buena tabla de ibéricos, por ejemplo, pero el sandwich de chorizo o salchichón es una bomba.

En este sentido, reducir el uso de azúcar y de sal es igualmente importante. Y aumentar el consumo de agua, antes de tener sed. La sed es el primer síntoma de deshidratación. Acostumbrarse a beber agua sin sed hará que sintamos menos hambre a lo largo del día. Y menos alcohol, también. El alcohol aporta una enorme cantidad de calorías sin utilidad alguna para el cuerpo.

No existen las dietas milagro. El año nuevo nos puede ayudar a mejorar nuestra alimentación

Con los ritmos impuestos por la acelerada vida moderna, nos despertamos con un café sorbido, tomamos media tostada a media mañana y cualquier cosa rápida a mediodía, reservando el placer culinario para la cena. Y así no hay quien meta a los michelines en vereda.

¿Recuerdan el dicho 'De grandes cenas están las sepulturas llenas'? Pues hagan caso de la sabiduría popular y sean frugales en la ingesta alimenticia previa al sueño: mientras dormimos, el metabolismo se relaja y el consumo calórico se reduce al mínimo. Mejor espaciar las comidas a lo largo de todo el día que pegarse el atracón frente a la tele y a oscuras.

Y ojito a ese 'cualquier cosa' al que nos referíamos antes. Cada vez hay más oferta de alimentos precocinados y ultraprocesados. Son platos que llevan muchos aditivos, colorantes, conservantes y potenciadores del sabor. Conviene limitar su ingesta y apostar más por los productos de temporada.

Importante, también, no convertirse en radicales o integristas gastronómicos. Cualquier proceso debe ser gradual y, con la alimentación, más aún. Desconfíen de las dietas milagrosas y ojito con el uso de los llamados alimentos quemagrasas: no por darse un atracón de ellos, va a quedarse usted hecho una sílfide en menos que canta un gallo.

Alimentos recomendados

Para desayunar se recomienda la avena, por su alto contenido en fibra: activa el metabolismo para digerirla y, por tanto, ayuda a quemar calorías. Con la tostada, de pan integral, podemos tomar pollo y/o pavo, alimentos que son igualmente aceleradores del metabolismo, además de ricos en proteínas. Y el té y el café, que generan el mismo proceso.

Pescados apropiados para estos días son el salmón y el atún. Además de ser ricos en Omega 3, contribuyen a eliminar la leptina, una hormona cuya menor presencia en nuestro cuerpo hace que quememos grasa más fácilmente.

Los huevos, fuente de proteínas, son ricos en vitamina B12, que disminuye el número de células grasas en nuestro cuerpo. Lo mismo ocurre con los picantes: guindillas, pimientos del Padrón, chiles... son buenos aceleradores del metabolismo que elimina la grasa del cuerpo. Y mucha atención al brócoli: sus nutrientes hacen que el intestino absorba menos grasa y favorecen la digestión. ¡Detox sí! Pero con cabeza y sentido común.

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