Los padres merecen todo el año, pero regálele ahora un libro o un vino

De puentes por España

GeoPlaneta ha editado un original libro, con redacción fácil y buenas fotos, que nos descubre de forma amena los puentes antiguos y las últimas obras arquitectónicas. Insólito, curioso y muy cómodo de leer y sorprenderse con detalles.

Larrosa Rosé

La bodega Izadi, de Rioja Alavesa, seleccionó 30 has. de viñedos viejos plantados en vaso a gran altura, quizá uno de los más altos de Rioja, plantados entorno al año 1960. Su color es como los grandes rosados de Suiza y Francia. Llega todos los 14 de febrero con una rosa. Vino para tardear y acompañar una cena al filo del mar o de piscina, río o lago.

Alma Negra Rosado

Para los auténticos entendidos, recomiendo este primer rosado de Ánima Negra elaborado solo con la uva mallorquina Callet en Baleares. Único por frescura, salinidad y singularidad. De la simbiosis irrepetible de un clima, una tierra y unas variedades autóctonas surgen unos vinos sinceros y alejados de las tendencias impersonales.

Delicioso algoritmo

No siempre y cada vez menos, los libros de gastronomía tienen que ser recetarios. Además existe cierta tecnofobia declarada hacia la Inteligencia Artificial. En general, la gente tiene miedo a los cambios y rechaza lo desconocido. Ahora, con Planeta, puede desvelar curiosidades.

Marañones Tinto 2022

Antes, la uva garnacha se valoraba poco dada su pronta oxidación. El grupo de Pago de Carrovejas apuesta por este tinto de Madrid que lleva como nombre el paraje en el que se cultiva este vino. Una parte de la montaña al norte de San Martín, a 800 metros de altura y con tres tipos de granito.

Guía de nutrición

No suelo encontrar, como nutricionista, libros que traten para todos los públicos tratados y escritos sobre este candente tema social y de salud. La doctora, científica médica y nutricionista Federica Amati (no es familia) explora la verdadera ciencia detrás de la nutrición.

Pálpito 2022

Es un monovarietal de garnacha. Nace en Tudelilla (Rioja Oriental), en un viñedo de casi un siglo de historia situado a 620 metros de altitud. Este enclave único, con suelos franco-arenosos con cantos rodados, donde esta uva centenaria del Paraje La Pedriza alcanza una maduración óptima y equilibrada.