Viernes, 16 de diciembre 2022, 00:46
De origen italiano, el panettone artesanal es de elaboración compleja. Y cara. Esa especie de magdalena gigante tan esponjosa precisa para fermentar de masa madre ... con fermentos de frutas como la uva o la manzana, «que es necesario cuidar a lo largo de todo el año», explica Ramón Morante, de Pastelería Calitos de Guadahortuna, cuyos panettones son una referencia en España. Seis años llevan preparándolos y perfeccionando su técnica.
Publicidad
Por dentro pueden llevar fruta confitada, uvas pasas, tropezones de chocolate e incluso otros dulces de Navidad, como el mazapán. En Calitos este año han incorporado uno con pistacho que también lleva chocolate con sabor a frambuesa, una gianduia de pistacho y trozos del propio fruto seco. Hay otro de naranja y chocolate que se hace con chocolate de origen especial deValrhona. Y uno más de gianduia tradicional, pasta de chocolate con sabor a avellana. Se pueden adquirir, además de en su pastelería de Guadahortuna, en dos sitios de Granada capital: la cafetería La Preferida, en Avda. de la Constitución; y en Mercato Italiano, en el entorno del mercado de San Agustín.
Para esta Navidad, Calitos también ofrece sus troncos de Navidad con trufa de coñac y baño de chocolate negro y el mantecado cateto o pobre, que llevan haciendo un siglo en su obrador. Es muy sencillo, con pocos recursos: manteca, azúcar, ralladura de limón, canela y harina en crudo. Un clásico de la casa.
Recordemos que el panettone se corta en vertical y se puede comer solo, en compañía de chocolate ardiente o, como manda la tradición italiana, con vinos dulces. Los romanos ya preparaban un pan dulce usando levadura y miel. El artista Brueghel el Viejo pintó algo muy parecido a un panettone en uno de sus cuadros y el célebre Bartolomeo Scappi, Maestro del Arte de Cocinar en los tiempos de Carlos V, incluyó la preparación de un pan dulce en un famoso recetario.
Publicidad
Como ocurre con tantas recetas, corren varias versiones sobre el origen de este tradicional dulce italiano, que nació allá por finales del siglo XV, más o menos a la vez de Colón hacía su primer viaje a las Indias. La ciudad de procedencia es Milán y su inventor, algún Antonio. O Toni. Pudo ser el enamorado de la hija de un pastelero, que se colocó en el obrador de su futuro suegro y le sorprendió con su original creación, que se asemejaba a una cúpula y tenía aromas de limón y naranja.
También pudo ser el fruto de un fallo garrafal, cuando se quemó el postre de una comida de gala y un joven aprendiz de cocina, nuestro héroe Toni, improvisó sobre la marcha un dulce alternativo con los ingredientes que tenía más a mano.
Accede a todos los contenidos el primer mes por 0,99 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.