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esperanza peláez
Jueves, 3 de diciembre 2020, 19:45
En 1933, el héroe del fascismo italiano y pionero de la aviación Italo Balbo comandó un escuadrón de 24 hidroaviones en un vuelo de ida y vuelta Roma-Chicago. Recibido como un héroe en Nueva York, desfiló con un panettone de 10 kilos que la casa Motta había confeccionado para el evento. Poco podía imaginar el mariscal que aquel pan dulce tradicional de las casas de Italia se iba a convertir en menos de un siglo en una golosina global.
Todos los países con tradición navideña tienen dulces propios, pero hay que reconocer que el panettone ha conquistado el mundo. Si a mediados del siglo XX triunfaba en Perú de la mano de D'Onofrio, casa creada por un emigrante italiano, en el siglo XXI este brioche ha conquistado otros países latinos, anglosajones y también España, donde junto a las más conocidas firmas italianas, los supermercados ofrecen panettones low cost de marca blanca, y en el extremo opuesto, maestros como Paco Torreblanca u Oriol Balaguer lo hacen con su propio toque.
A estas alturas del año, la tienda online de Paco Torreblanca (torreblanca.net) ya está presidida por fotos de sus panettones, de hasta cuatro kilos y de sabores como naranja, chocolate o gianduja, como el de la fotografía de la derecha. Oriol Balaguer los elabora con sabor a fruta y chocolate (www.oriolbalaguershop.com). También de Barcelona, la panadería Cloudstreet Bakery (cloudstreet.es), ganadora del Campeonato de España de Panettone 2019, hace una producción limitada y manual de su panettone de frutas con ingredientes ecológicos.
Existen varias versiones sobre la historia del dulce, algunas de las cuales ubican su origen en el siglo XIV y atribuyen el feliz invento a talentosos panaderos llamados Toni, de donde panettone sería 'el pan de Toni', pero es más probable que el nombre aluda a un pan grande, enriquecido con azúcar, frutas secas o confitadas y grasa, levado y aéreo, que las familias horneaban para Navidad.
En 1919, el pastelero Angelo Motta abrió en Milán un establecimiento especializado en panettones que tuvo tal éxito que pocos años después acometía la producción industrial y con ella, la conquista del mundo.
El panettone de Angelo Motta consistía en una masa de brioche aromatizada con cortezas de cítricos, pasas y trozos de fruta confitada, pero lo que le dio el impulso (en un doble sentido, el de la presentación del dulce y el de la fama que conquistó) fue introducir esa característica base de papel reforzado que ayuda a que la masa suba y el panettone quede muy alto. Otra genialidad de Motta fue presentarlos en bonitas cajas de regalo. En años sucesivos, se multiplicaron los sabores.
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